XIX ₪ Castigo

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Los habían descubierto.

Bueno, en realidad no tenían ni idea de quiénes podían ser los culpables hasta que alguien fue a abrir la boca en la sala de maestros tres días después del incidente, días en los cuales todos comieron en su sala común porque el Gran Comedor estaba clausurado.

Darcy no sabía cómo sentirse, quería estar enojada pero a la vez estaba feliz de que la gente supiera que ella había sido parte de todo, así era como uno comenzaba a forjarse una reputación.

Se enteró por Alicia que ya sabían quiénes eran los responsables ya que era muy amiga de una prefecta de la casa Gryfffindor. Al contrario de lo que supuso, su amiga no estaba enfadada porque a fin de cuentas les había conseguido todo un día libre pero eso sí, estaba preocupada por las consecuencias de sus actos, por lo cual no se le quitó el color morado hasta que Darcy regresó en la noche a dormir.

Lo que hizo Darcy a continuación fue a ir a alertarles a los gemelos, quienes estaban platicando con Jordan Lee. Estos se pusieron en acción y planearon ir a esconderse en las tuberías, lugar al que se dirigían cuando Filch y la señora Norris los interceptaron y los condujeron al despacho de Dumbledore, donde se encontraba otro niño de cabello castaño y con el uniforme de Hufflepuff, además de los jefes de cada casa. El director fue el primero en hablar.

-Buenos días, señorita Solg y señores Weasley, ¿Qué tal ha estado su mañana? -Ninguno pronunció ni pío por lo que Dumbledore prosiguió-. El señor Diggory aquí presente, nos ha comunicado que ustedes tres fueron los responsables de los incidentes ocurridos el día viernes, ¿es cierto?

Pasaron saliva al mismo tiempo, era un tanto intimidante estar cara a cara con el director y se duplicaba al estar en claros problemas. Darcy iba a tomar palabra cuando el profesor Snape se puso al lado de Dumbledore y les espetó:

-Antes de que nieguen el daño que le han hecho a Hogwarts, el señor Diggory ha mencionado que ustedes tres eran los encapuchados que estaban volando las escobas (robadas del armario de madam Hooch supongo) mismos que hechizaron a su grupo de amigos cuando se retiraban de los alrededores del Gran Comedor -los miró a cada uno a los ojos, se les heló la sangre-. Por lo cual, ustedes delicuentes juveniles están más que obligados a confesar.

-Ya fue suficiente, Severus -salvados por el director-. Señorita Solg, ¿tiene algo qué decir? -le había dado la palabra a Darcy, seguramente había sido porque vio cómo boqueaba antes de que Snape hablase.

Estaba dispuesta a aclarar todo cuando nuevamente fue interrumpida, esta vez por la profesora Sprout.

-No considero necesario que la niña dé razón, estoy más que segura que este par la ha arrastrado consigo, ¡incluso exponiéndola a un gran peligro tal como nos ha dicho el señor Diggory! -Se volteó a ver directamente a los gemelos, quienes comenzaban a tratar de esconderse entre su túnica-. Todos aquí pensamos ingenuamente que serían igual de sensatos como sus hermanos con las señoritas, dado a su condición familiar, es una pena que no sean igual de recatados y educados que ellos.

Darcy veía de reojo a los gemelos quienes parecían no saber por dónde meterse, estaban rojos de la vergüenza.

-Totalmente de acuerdo contigo, Pomona -dijo el profesor Flitwick que había estado reuniendo libros donde subierse y parecer imponente-. Esto pasa de los límites de la insensatez, ¿en qué estaban pensando? Vale que pueden hacer daño al inmobiliario del colegio porque se puede arreglar por ustedes mismos durante su castigo pero, ¿pueden imaginarse el enorme lío en el que se pudo haber metido el profesor Dumbledore si la señorita Solg caía sin remedio?

Darcy se encontraba altamente hipnotizada por el regaño que no se dio cuenta de que uno de los gemelos murmuró algo que hizo que la jefa de su casa se enfadara.

Desastre Andante ϟ Gemelos WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora