Capítulo 6 - Un largo día

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Desperté por el sonido de la alarma de mi teléfono, era hora de levantarme para la junta, al querer levantarme en la cama sentí un peso en mi cuerpo; con la luz que entraba por la ventana pude ver un brazo que me sostenía fuertemente encontrándome con James a lado mio durmiendo aún.

Tuve un pequeño momento de pánico, pero vinieron a mi mente los recuerdos de la noche anterior, me había quedado dormida en sus brazos. Movimiento lentamente su brazo de mi, tratando de no despertarlo, para después tomar mis cosas y entrar al cuarto de baño a arreglarme, hoy tendríamos la firma del contrato y aún me faltaba revisar que los papeles estuvieran bien organizados.

Después de arreglarme salí nuevamente a mi habitación, James se acababa de despertar y estaba recargado en la ventana que daba vista hacia la ciudad y al escucharme se giró a verme.

—Buenos días Becca, perdón por quedarme dormido aquí— dijo rascándose la cabeza

—No te preocupes, soy yo la que debería disculparse— estaba avergonzada aún por lo que pasó anoche— Perdón si te hice sentir incómodo

—Claro que no Becca, me preocupo por ti— dijo acercándose a mi y tomó mi mano — Me sorprendió mucho el escuchar tu grito en la noche ¿Estás mejor?

— Si, gracias, fué solo una pesadilla— Me aparté de él— Creo que es mejor prepararnos para la junta

James tardó en reaccionar, deseaba que no me hiciera una pregunta sobre mi sueño o el porqué había llorado; aún no estaba preparada para decirlo a alguien, pero al parecer entendió eso ya que se empezó a dirigir a la puerta de mi habitación

— Claro, hay que hacer una revisión de los papeles de la firma antes de ir con el Sr. Ada, te veo en la sala en un momento— diciendo esto cerró la puerta de mi habitación

Suspiré sentándome en la cama, en la noche había dormido con James, que vergüenza. Tengo poco de conocerlo y ya ha logrado romper mis barreras.

Anoche pude descansar bien a su lado a pesar de la pesadilla, recuerdo como solamente me abrazó cuando estuve llorado, cuando recordaba las cosas que me hizo mi padre me ponía realmente mal, lloraba en todo momento pero siempre era sola. Es muy extraño para mí el tener a alguien que me apoye o que se preocupe como lo hizo James. Pero creo que eso es lo que hacen los amigo ¿No? Apoyarse.

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Íbamos camino al restaurante donde sería la firma. En el auto había un silencio un poco incómodo, mientras James conducía yo solo me dedicaba a mirar las calles de New Jersey, era un día muy soleado y se podía ver a la gente caminando por las calles.

No me percate el momento en que habíamos llegado al lugar hasta que escuche a James hablar

— Hemos llegado Becca— dijo aparcando el auto— ¿Traes los archivos?— preguntó. A lo que yo asentí señalando la carpeta que traía en mis manos. — Perfecto, vamos.

Al entrar al lugar nos dirigieron a una mesa donde se encontraba un hombre de edad un poco avanzada junto con un joven a un lado suyo.

— James Coleman— Habló levantándose — Un gusto poder conocerte en persona— estrechó su mano con James— Te presento a mi hijo, Alexander Adams.

—Un gusto Señor— contestó James de forma amigable, saludando a los dos hombres—  Ella es Rebecca Winston, mi asistente.

—Un placer señorita Winston— Alexander había tomado mi mano sonriéndome de forma coqueta. Retire mi mano un poco incómoda.

—¿Qué les parece si comenzamos? Sé que tiene que organizar el cumpleaños de su esposa señor— dijo James

—Claro, tengo entendido que nos acompañará James— dijo el señor Adams y James le contestó afirmando de nuestra asistencia al evento

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