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Agar y sus ahora esposos habían partido hacia su luna de miel. Max estaba feliz por ella, finalmente había encontrado la felicidad y también había traído felicidad a su vida. Si no fuera por ella no habría conocido a su chocolate. Cuando se despidieron él se lo agradeció y ella le dijo algo de demostrarle a Freya que la amaba... No lo había pensado, no lo había dicho nunca, se dio cuenta con horror

Nunca le había dicho que la amaba, y lo hacía con locura. Ese día se levantó de la cama decidido. Junto a él estaba su dulce chocolate, despeinada y deliciosamente desnuda, besó su frente antes de salir de la cama y ponerse unos pantalones de chándal, ni siquiera se molestó en ponerse ropa interior pensando que le molestaría cuando después de desayunar quisiera follarse de nuevo a su chica

Seguían en el lugar donde Agar se había casado. Max pensaba quedarse una semana allí para descansar, y Freya no pudo estar más contenta. Le había encantado el lugar, en especial la playa y él estaba feliz de complacerla. Ella lo hacía tan feliz...

Pidió desayuno al servicio del hotel, un gran desayuno. Panqueques con miel, fresas con chocolate, jugo, café con leche y pudin de chocolate. Últimamente a él le gustaba mucho más el chocolate...quien sabe por qué

Pero antes de que llegara el desayuno Freya se había levantado vistiendo solo con una camisa de Max, sin sujetados, sin bragas, sin zapatos. Y cierta parte del cuerpo masculino reaccionó felizmente

- Iba a sorprenderte- se quejó abrazándola- que sexy estás- murmuró sobre la delicada piel de su cuello, ella rió tontamente

- ¿Que ibas a hacer?- sus manitas fueron a parar a la espalda fuerte y desnuda del hombre que amaba, él ronroneó refregándose contra ella cuando unos golpes en la puerta los interrumpieron

- Quédate aquí- besó su mejilla y caminó directo a la puerta, cuando la abrió se encontró con un chico un poco menor que él llevando un carrito en donde estaba toda la deliciosa comida que pidió minutos antes. Lo dejó pasar pero cuando lo hizo Freya aparecía por la puerta un poco despistada sin notar la presencia del chico, y éste peligrando su estabilidad física se atrevió a repasarla por completo con la mirada envidiando un poco a Max y pensando en lo bien que se sentiría follar a esa cosita dulce que veían sus ojos- ¡Largo!- saltó en su lugar del susto, miró al hombre que había gritado y tuvo verdadero miedo, era grande, alto, con unos brazos que podrían demoler su cabeza a golpes...¡Mierda! El chico salió corriendo como alma que lleva el diablo

Freya estaba un poco sorprendida ¿Que había hecho el pobre chico?

- ¿Por qué lo asustaste? ¿Que te pasa?- lo regañó enfadada

- ¿No viste como te miraba el idiota? Estaba soñando despierto contigo, y no eran sueños limpios, eran sucios, muy sucios- dijo con el ceño fruncido, arrastró el carrito hasta la mesa y se sentó a desayunar con el aspecto de un niño enojado. Tierno. Ella se rió- No le veo la gracia Chocolate- la miró con sus gruesas cejas casi juntas. Freya se acercó a él y se sentó en su regazo para luego esconder su rostro en el cuello de Max y dejar besos allí

- Eres tan tierno- sonrió. Pero él lo tomó como un reto

- Voy a demostrarte lo tierno que puedo ser- Freya notó el sarcasmo en su voz y se estremeció de placer al imaginar lo que venía

***

Freya llevaba puesto un vestido fino de playa, su cabello suelto y descalza mientras corría por la orilla del agua, mojando su vestido. Max la miraba mientras caminaba detrás de ella, la playa estaba desierta y era enorme por lo tanto ella estaba feliz disfrutando de la arena y el agua. Bailando y dando vueltitas, riendo junto con él. Una suave brisa los mantenía frescos y movía sus cabellos.

De pronto unos brazos fuertes envolvieron la cintura pequeña de Freya, ella rió cuando él la alzó en brazos y dio una vuelta con ella. La abrazó con fuerza mirando sus bellos ojos, ella sin perder la sonrisa, él sin dejar de pensar en lo hermosa que era. En lo mucho que la amaba. Ella había llegado a su vida para llenarlo de ternura y amor. Para hacerlo feliz ¿Cómo podría no estar enamorado? Era lo mejor que le había pasado en la vida, se dijo a sí mismo que si tuviera que volver al pasado y vivir todo lo que vivió, lo haría con gusto si eso significaba que la recompensa era ella

- Te amo, mi Diosa de Chocolate

Fin

***

SIP, ES EL FIN. LES DIJE QUE SERÍA CORTA

¡PERO! FALTA EL EPÍLOGO

¡PERO! FALTA EL EPÍLOGO

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Diosa de ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora