CAPÍTULO 17

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Ya habían transcurrido dos semanas desde que habían intentado asesinar a mamá, por suerte su recuperación había sido bastante rápida y ya se encontraba en casa con nosotros, mucho mas segura y mas cómoda. Las revistas y las noticias habían sido bomba, pues aparecíamos en primera plana y ya todo mundo sabía lo ocurrido, había camarógrafos y reporteros fuera de nuestra casa esperando tener una entrevista con alguno de nosotros para dar a conocer exactamente lo ocurrido, pero eso era algo de lo cual ninguno hablaría, pues aunque ya todos tenían una idea de lo que pudo haber pasado, lo conciderabamos un tema privado y familiar. 

- Es molesto estar rodeado de toda esa gente - Dijo Alec sin apartar la vista de su computadora, últimamente tenia demasiado trabajo

- Por suerte hay una distancia razonable entre ellos y nosotros - bostece, aún no me recuperaba de aquellas noches enteras dando vueltas en mi habitación gracias a mis nervios de que algo malo pudiese ocurrir

- Deberías ir a descansar - Me miro Alec por encima de su estúpida computadora que ya me estaba cayendo mal 

- Quiero descansar contigo - Me cruce de brazos 

Alec sonrió de forma tierna. 

- Un par de minutos mas y nos vamos a la cama - Dijo y sonreí triunfante 

Mi celular comenzó a sonar y lo tome de mi bolsillo para ver de que se trataba. 

Era un mensaje de un numero privado, lo cual se me hizo extraño porque todos mis contactos estaban registrados. Abrí el mensaje y comencé a leer "Que gusto saber que mi suegrita sigue con vida, aunque no se si corra con tanta suerte la próxima vez".

Mis poros comenzaron a destilar rabia, sabía exactamente de quien se trataba, mi mente se puso en blanco y simplemente me deje llevar por mis impulsos. Yo misma lo mataría.

Subí corriendo a mi habitación y me puse unos tenis cómodos, tome las llaves de mi moto y sali sin decir más. 

No pude pasar desapercibida, Alec me miro cuando salí de casa y cuando vi que puso su computadora a un lado, me apresure y arranque la moto.

- ¡ERIN! - Lo escuché gritar, pero no, no iba a detenerme, mi mente ya tenia planteado lo que debía hacer. 

Me puse en marcha a mi antigua casa y no había retorno, tenia que encontrar a ese hijo de puta y matarlo con mis propias manos, no me importaba ser una asesina, no me importaba ir a parar a la cárcel, solo quería matarlo y hacerlo mierda yo misma. con mi familia nadie se mete. 

No se si eran por mis nervios y mi ansiedad que lo sentía así, pero no recordaba haber ido antes a tanta velocidad como ahora mismo, ni en las carreras había acelerado tan exageradamente, pero no me importaba, ya tenia trazado un objetivo y no podia fallar. No podía.

Mi celular no había dejado de sonar en todo el camino, sin duda alguna era Alec el que estaba llamando, pero no tenia ganas de pararme a contestarle y contarle mis planes.

Después de un largo rato al fin pude aparcar fuera de mi antigua casa, por suerte llevaba siempre conmigo las llaves, de lo contrario no habría podido entrar.

Me sorprendí al ver que mi casa seguía limpia, solo un poco de polvo en las ventanas pero nada mas que eso. Subí las escaleras a mi antigua habitación y me senté sobre aquella cama que me había acompañado por años en los momentos más tristes  y felices de mi vida, ah, y claro, mi vieja almohada, la que siempre me había escuchado sin hacerme ningún tipo de reproche. Realmente extrañaba esto, pero no era tan malo estar allá, mamá era feliz y Alec estaba conmigo...Oh, Alec... debía estar mas que furioso, si sobrevivía a esto, él si iba a matarme.

Unos fuertes golpes que parecían venir de la puerta principal me sacaron de mis pensamientos, pero mis sentidos se pusieron en alerta y solo pude pensar que se trataba de Dean, ese hijo de puta. Busque en mi viejo armario aquella arma que guarde por años, un bello revolver, que por supuesto estaba cargada, solo pensé en usarla en caso de que alguien quisiera entrar a casa a robar pues solo eramos mamá y yo, pero esto seria una excepción. Tomé rápidamente el arma y la puse en la parte de atrás de mi pantalón, tomé una gran bocanada de aire y me arme de valor.

Baje corriendo las escaleras y sin siquiera detenerme a pensarlo, abrí la puerta al mismo tiempo que con la otra mano sostenía el arma que aún estaba escondida en mi pantalón.

Frente a mi se encontraba un Alec totalmente molesto.

Me quedé helada, creo que hubiese preferido que Dean estuviera ahí, a ese si lo medio mato, no que este iba a matarme a mi.

Sin decir palabra alguna entro a la casa y cerro la puerta detrás de el sin quitarme los ojos de encima. Sus ojos viajaron a mi mano que aún seguía sosteniendo el arma y luego me miraron.

- ¿Que escondes ahí? - Su voz era grave y firme

- Nada - Deje el arma y saque mi mano para mostrarla .- ¿Lo ves? - Sonreí estupidamente, no sabia que decir

- ERIN - Pronunció mi nombre lentamente

- Debes irte de aquí Alec - Dije ya menos nerviosa .- Espera - Lo miré .- ¿Como me encontraste? - Pregunte

- No creo que estés es posición de hacer preguntas, creo que soy quien merece una explicación - Alzó la voz un poco molesto .- No tengo otra razón por la cual pensar que estas aquí mas que por el estúpido de tu ex novio

- Pues no te equivocas - levante también la voz

- Ahora resulta que después de todo corres a sus brazos - Aunque su voz sonó decepcionada nodejaba de escucharse firme

- Es lo más estúpido que se te ha ocurrido pensar - Bufé

Alec se acerco a mi y me tomo en sus brazos

- Si no es por eso, entonces explícame - Su rostro estaba tan cerca del mio

Me rendí ante el, estaba notoriamente celoso, sentido y preocupado, me partía el corazón verlo así.

- Fue él - Le di la espalda y me recargue sobre la barra .- Dean intento matar a mi madre - Solté con coraje

Alec se mantuvo quieto durante un par de segundos y luego sacó el arma de mi pantalón.

- Y tu pensabas matarlo a él - Eso fue mas una afirmación que pregunta

- Si - Dije sin titubear .- Y aún planeo hacerlo, así que deberías darme esa arma - Me giré

Estaba lista para una discusión, pero no para un abrazo, un abrazo tan lindo que me llego a lo mas profundo de mi alma.

- De no haber llegado antes, hubiese podido perderte - Su voz se quebró .-  Ese hombre esta loco pudo haberte lastimado

Y fueron esas palabras las que me hicieron recapacitar, había cometido una estupidez y ahora Alec estaba en peligro también. Me odiaba a mi misma en este momento.

- Perdóname - Lo abrace demasiado fuerte y me aferre a él .- Te puse en peligro, no pensé que fueras a venir tras de mi - Lloré .- Ahora estamos en peligro los dos por mi culpa

Alec no dejo de abrazarme ni un segundo, me tomo de la barbilla y delicadamente alzó mi rostro

- Yo te seguiría a todas partes, Erin

Sus palabras me estremecieron el corazón

- Pero que se cuide él, por haberte hecho daño - Dijo sin titubear

Ahora sentía miedo, Alec había entrado en modo sobreprotector y eso era peligroso.

Mi hermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora