CAPÍTULO 10

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Las cosas no salieron tan mal como lo había pensado, cuando llegamos a casa Alec ni siquiera me dirigió la palabra y prefería eso a una pelea entre nosotros. Subí a mi habitación por las pequeñas escaleras de mi casa y a penas sentí mi cama, me deje caer en ella. Estaba cansada, muy cansada, ya era tarde y mañana tenía que levantarme temprano por que tenia que ir a inscribirme a las carreras de esa noche. 

La luz del sol entro por mi ventana y me pego de lleno en la cara, lo que hizo que mis ojos se abrieran y cayera en cuenta que ya era tarde. 

Me levante de golpe, lo que me ocasiono un poco de dolor de cabeza pero lo ignoré, tome mi toalla y me bañe lo mas rapido posible, despues me vesti y me arregle un poco. Bajé corriendo las escaleras lo que hizo que mis botas ocasionaran ruido y Alec no tardó en abrir la puerta y asomarse. 

- ¿A dónde vas? - Preguntó adormilado pero con su semblante serio

- Que no te importe - Dije molesta 

Si, estaba molesta. Mientras me bañaba habia repasado bien lo que habia sucedido el día anterior y llegué a la conclusion de que Alec no debió haber actuado así. Me dolió su actitud de ignorarme.

- Si me importa y lo sabes - Dijo con voz firme

Me detuve y me giré a verlo, lucia tan hermoso que creo que perdi el aliento por unos segundos.

- Regresa a dormir, Alec, no me fastidies - Sonreí sarcastica 

Antes de que pudiera decirme algo, salí rapidamente de mi casa. Para entonces ya había tomado mi casco y mis llaves. 

Subí a mi moto, encendí el motor y me puse en marcha. Este día tenia que ser perfecto.

Llegue a la pista en donde siempre corría y me apunté, esta noche quería descargar todo el coraje que tenía acumulado dentro de mi, si no lo hacía, probablemente en algún momento iba a explotar y eso no seria nada bueno. 

La tarde pasó demasiado rápida para mi gusto, era hora de volver a casa y prepararme para las carreras que serian a las 8pm y tenia exactamente dos horas para arreglarme, tiempo suficiente.

Todo el camino a casa pensé únicamente en Alec y en las incontables llamadas que me había hecho a lo largo del día. Todo eso me resultaba extraño, recuerdo haberlo odiado con todas mis fuerzas, recuerdo todas las peleas que habíamos tenido y todas las veces que nos habiamos insultado ¿qué había pasado entonces? las cosas se habían salido de control y no sabía si esto estaba bien o no, pero era imposible no sentir cosas por él. 

Aparque la moto frente a mi casa y me baje, caminé a pasos lentos hacía la puerta y cuando la abrí no había nadie, eso explicaba por que la camioneta de Alec no se encontraba por ningún lado. Me sentí triste, tenia ganas de verlo y hablar con él, esto que estaba pasando era algo especial y no quería ser yo quien lo arruinara. 

Decepcionada subí a mi cuarto y me di una corta ducha, me coloqué la ropa que ocuparía la noche de hoy y por último me puse mis botas. No me moleste mucho en maquillarme ya que de seguro sudaría un poco, solo me centre en mi cabello, eso era lo único que quería que me quedara perfecto. 

Saqué mi casco favorito y mis guantes y ya estaba lista para irme, baje las escaleras y justamente antes de abrir la puerta, esta se abrió y Alec apareció. Su rostro estaba totalmente serio, su mandíbula estaba ligeramente apretada pero sus ojos se habían iluminado al verme. 

- Te estuve buscando - Murmuró 

Me sentí mal cuando dijo eso, él se había preocupado por mi. 

- Lo siento - Dije sincera 

Caminó a pasos lentos hacia mi, hasta quedar a tan solo unos centímetros.

No me dio tiempo de hablar, tomo mi rostro entre sus manos y me besó, me beso con demasiada pasión que sentí estremecerme, nuestros labios se movían por igual y no quería que este momento acabara nunca. 

Segundos después nos separamos para tomar aire pero nuestros rostros seguían unidos. No quería separarme de él. 

- Lo siento - Dije nuevamente 

Se separó un poco para mirarme a los ojos y la sonrisa que se formo en sus labios fue suficiente para saber que esos malos ratos que habíamos pasado habían quedado atrás. 

- Alec - Hablé

No sabia como decirle que correría hoy, sabía que se iba a molestar y no quería problemas entre nosotros. 

- Se lo que vas a decirme, tu vestimenta es muy obvia - Tomó aire y lo soltó 

- Hoy la apuesta es de 2000 dolares, no puedo dejarlo pasar - Dije tímida

- Yo podría darte eso y más - Contestó 

- Me gusta hacer esto, es parte de mi - Me mantuve tranquila 

Alec pensó por largos segundos, se levanto del sofá en donde estábamos sentados y se metió a su cuarto.  Me quede boquiabierta, me había dolido mucho su actitud, no pensé que me hiciera algo así. 

Me levanté también del sofá y salí de casa. me detuve unos segundos, había deseado tanto que él me acompañara. 

- ¿A donde vas sin mi? - Lo escuché gritar 

Me gire a verlo y no pude sentirme mas feliz, Alec venia vestido con una camisa color negra, pantalones negro entubados y traía puestas unas botas negras muy parecidas a las mías. De ser un hombre completamente elegante y formal, pasó a lucir como un motociclista, por mi, lo había hecho por mi y eso me hacia demasiado feliz. 

- Andando que vamos tarde - Sonrió y deposito un beso en mi mejilla 

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- Andando que vamos tarde - Sonrió y deposito un beso en mi mejilla 

No dudé ni un segundo y lo seguí, no se como lo había hecho ni en que momento, pero el ya tenía preparada su propia moto. Esta noche sin duda, seria de las mas increíbles de nuestras vidas, Alec y yo recorriendo las calles de la ciudad en nuestras motos y mejor aún, Alec acompañándome en una de mis carreras. Mi objetivo era ser la ganadora y que él se sintiera orgulloso de mi al ver lo buena que soy en esto.

Mi hermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora