CAPÍTULO 12

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Los últimos 3 días Alec y yo habíamos estado distanciados, desde esa noche no quería verme para nada. Me sentía culpable, sino estuviese pasando nada entre Alec y yo, Dean jamás lo habría lastimado.

Me siento en la orilla de mi cama, pensando cosas coherentes y no coherentes, no tengo ideas para arreglar esta situación, tal vez esto sea lo mejor.

Mis ojos empiezan a picar debido a las lagrimas que estaban por salir, me dolía el corazón de forma horrible, empezaba a odiar este sentimiento de mierda que solo me lastimaba.

Tome las llaves de mi moto y salí de casa sin avisar, no quería estar ni un minuto mas en este lugar. No entendía porque en mi vida pasaban tantas cosas horribles ¿estaba pagando algo? o simplemente el universo me quería joder.

Llegue a la parte mas turística, la playa. Habían cientos de personas, hombres y mujeres en traje de baño, niños por doquier, era una locura.

De adentre entre la gente recorriendo cada lugar, me detenía en cada puesto y hasta me compré una nieve de queso que estaba riquísima. Fueron horas de caminar, lo supe por que el sol ya estaba por ocultarse y había llegado aquí a medio día. Escuché algo rugir y ese era mi estomago reclamando comida así que me pare frente a un restaurante muy llamativo y entre. Ahí me atendió un mesero de piel bronceada y ojos marrones.

- ¿Va a ordenar o quiere que le sugiera algo? - Pregunto amable

- Creo que aceptaré tus sugerencias - Sonreí

El mesero de no mas de 23 años comenzó a decirme una lista del menú del día.

- ¿Entonces que desea ordenar? - Preguntó al no obtener respuesta

Me quede agobiada, no conocía ninguno de esos platillos que había mencionado, todo aquí era raro.

- Solo tráeme espagueti - Dije apenada

El mesero sonrió de oreja a oreja y se retiro.

............

Después de haber terminado la montaña de espagueti que había traído el mesero, seguir caminando era una buena opción. Ya era de noche pero la gente seguía por todos lados, visitando bares, antros, restaurantes o simplemente caminaban por la arena.

Mi celular comenzó a sonar y en la pantalla apareció el nombre "Alec". Mi corazón latió con fuerza, era algo que no me esperaba y aunque quise contestar, rechace la llamada. Esto no debía ni podía seguir así.

Seguí observando todo a mi alrededor, me gustaba este lugar ¿como no lo visite antes? ¡Ah! ya recordé, estaba frustrada con mi maldita vida en esa puta mansión.

Caminando me encontré con un lugar que en letras muy exageradamente grandes decía "Beer" y como era de esperarse, caí en la maldita tentación ¡Que me lleve Satanás por pecadora! Pero de que me tomaba unas cervezas me las tomaba, aparte quería probar las cervezas de aquí.

Al entrar me senté en la barra, por suerte solo había una pareja a 4 sillas de mi, pude escuchar un poco su conversación, hablaban algo de una fiesta. Aburrido.

- ¿Que va a ordenar? - Preguntó amable el bartender  

- Dame un tarro de tu mejor cerveza - Dije entusiasmada y este sonrió como diciendo "me agrada esa voz"

Cuando al fin el tarro de cerveza estaba frente a mi, la bebí con desesperación ¡Diablos! que bien sabe!

- Veo que tenía sed - Dijo un castaño de ojos verdes

Me sentí apenada, ahora pensaría que era una puta ebria.    

- Lo siento, soy nueva aquí y quería probar la cerveza de este lugar - Dije apenada 

- Descuida - Sonrió, su sonrisa era linda .- Soy Frank - Me extendió amablemente su mano

- Yo soy Erin - Estreché su mano y sonreí

Frank y yo platicamos durante largos minutos y después pedimos otros dos tarros de cerveza. Era agradable tener un amigo aquí con quien hablar, tenía días que no me sentía tan bien como ahora.

- Entonces eres corredora - Dijo todavía asombrado

- Y tu tenista - Dije de igual forma, este tipo era agradable, como rayos no lo conocí antes, cierto, no había salido a ningún puto lado.  

Mi celular comenzó a sonar nuevamente y el nombre "Alec" volvió a aparecer en mi pantalla. Sentí como mi corazón brinco y no tardando los nervios comenzaron a aparecer, fue imposible disimular. 

- ¿Tu novio? - Preguntó Frank 

- No - Dije mas para mi que para él, era triste caer en cuenta de que Alec y yo no eramos nada mas que hermanastros, a pesar de todo lo que ya habíamos pasado juntos.

Frank me miró un poco desconcertado pero creo que no fue necesario hacer mas preguntas de su parte, mi puta cara lo decía todo, esa cara de perrito triste. 

El bartender se acercó para preguntar si todo estaba bien o queríamos algo mas y al ver mi tarro vació pedí una ronda más. 

La noche siguió y siguió, aún seguía con Frank en ese bar, no habíamos parado de beber y ya sentía que todo me daba vueltas, mi cabeza quería explotar. 

- Iré al baño - Dijo Frank mientras se ponía de pie y acomodaba su elegante traje gris 

Alec no dejaba de joder ¡Mierda! mi celular no dejo de sonar ni un puto segundo, ya estaba encabronada así que conteste. 

- Alec ¿Que carajo te pasa? - Intente hablar lo mejor posible 

- ¿En donde rayos estas Erin? - Me gritó. Maldito. 

- Que carajos te importa, solo para eso me hablas, para controlarme y estas mal, yo puedo hacer lo que se me de mi puta gana - Ok, si estaba molesta, el que Alec no me haya hablado todos estos días me puso muy triste y enojada. 

- Erin ¿Estas ebria? - Pregunto mas calmado 

Mi corazón latió con fuerza y poco a poco mis ojos se llenaron de lagrimas. Lo que me faltaba. 

- Solo déjalo así Alec - Dije rendida

Pude escuchar su respiración entrecortada a través del celular, no sabía si estaba furioso o no. 

- Tenemos que hablar - Dijo después de varios segundos 

Quise contener el llanto, pero me fue imposible y tuve que colgar, pero estoy segura de que el me había escuchado. 

Decidí salir de aquel lugar, pero antes le había dejado una nota a Frank en donde me disculpaba. Tal vez entendería mi situación ebria y nostálgica en la que estaba.

Mi hermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora