CAPÍTULO 4: TE ARREPENTIRÁS

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CAPÍTULO 4: TE ARREPENTIRÁS

Blaine sabía lo que debía hacer. Por muy bueno que fuera Hummel, sabía que no podría liderar a los Warblers porque le faltaba práctica con ellos. Simplemente él no haría ningún solo y así la cosa no iría bien. Si el castaño era muy bueno podría ser que pasaran los Sectionals, pero nunca lo harían con los Regionales y, sin competición, se acababa el Glee Club salvo alguna actuación benéfica que hicieran.

El primer ensayo oficial de los Warblers comenzó y el ojimiel se sentó en la esquina de la mesa del consejo, lo más lejos que pudo de Kurt que ocupaba el otro extremo.

– Hoy realizaremos las audiciones para los solos. – Dijo Wes lo más serio que pudo.

– ¿Para qué? Todos sabemos que Blaine es el mejor y que tiene que tener los solos. Los demás aspiramos a conseguir un poco... Yo con una frase me conformo. – Dijo Jeff, siendo apoyado por el resto del grupo. Sabían que necesitaban a Anderson para ganar y sólo satisfaciendo su ego conseguirían mantenerlo junto a ellos.

– Yo no voy a cantar. Me dedicaré a los coros, los más fáciles que haya, no soy bueno en eso. Y me pondréis en la última fila... Yo no soy el mejor bailarín.

Todos miraron al moreno tras estas palabras. No podía ser que él renunciara a liderar el grupo. Los pocos Warblers que desconocían la gravedad del la situación se dieron cuenta de que la cosa era realmente complicada.

– Blaine, eres la mejor voz... – Nick comenzó a decir pero fue interrumpido.

– No, Kurt lo es. Que lidere a los Warblers. Tercer puesto en los nacionales del año pasado. Seguro que con él ganamos... – El más bajo se cruzó de brazos y piernas, echando la espalda hacia atrás, apoyándose en el respaldo de la silla.

– Blaine...

– No, Wes. Lo tengo decidido. Ya he visitado la oficina del director muchas veces este año. – El ojimiel cortó a su amigo.

– Yo no estoy aquí para robarle los solos a nadie. Me los ganaré limpiamente. – El ojiazul intervino por primera vez en la conversación.

– Y lo harás, para eso se abren las audiciones. Los que quieran optar a solo, que levanten la mano. – Anderson terminó la discusión.

Kurt levantó su mano y durante unos segundos nadie más lo hizo. Sin embargo, Nick pensó que no iba a ponérselo fácil al castaño. Si él ganaba el puesto, siempre se lo podría devolver a su mejor amigo. Pero si lo hacía Hummel, no lo soltaría. Por eso el moreno levantó la mano. Su novio lo hizo inmediatamente después, al igual que Wes, David, Trent y Thad.

Uno a uno, los chicos cantaron una canción. Los amigos de Blaine interpretaban canciones del Top 40, muy del estilo de lo que cantaban los años anteriores. Sin embargo, Kurt cantó Defying Gravity. Anderson estaba fascinado por la voz del castaño, era tan dulce, tan maravillosa... Volvió a recriminarse por sus pensamientos. No podía sentir nada por Hummel. Lo maltrataba y lo atormentaba. No podía gustarle. Pero verlo ahí, tan guapo y con esa voz y esa sensibilidad para cantar. Costaba creer que luego fuera agrediendo a otros estudiantes.

Las audiciones terminaron y todos se dieron un tiempo para pensar cual era el líder vocal de los Warblers. Blaine fue el primero en salir a toda velocidad pero fue alcanzado por Kurt.

– Deberías haber hecho tu audición. Quería ganarte limpiamente. – Comentó el castaño.

– ¿Y qué vas a hacer al respecto? ¿Vas a pegarme? ¿Vas a obligarme? ¿Vas a contarle “tu versión” al director? – El moreno estaba enfadado.

– Eres imbécil. Te arrepentirás. – El ojiazul se fue.

El resto del día fue más o menos normal y, como era habitual, después de que el supervisor revisara que todos los alumnos internos estaban en sus habitaciones listos para dormir, Blaine salió para que Jeff y Nick pudieran tener intimidad. Por el camino se encontró al rubio, que lo saludó con un guiño. Apenas le quedaban 10 metros para llegar a la habitación que compartiría esa noche con Trent cuando Kurt se interpuso en su camino. Lo agarró y lo introdujo en una habitación vacía habilitada para el estudio nocturno de los estudiantes. Antes de que el más bajo pudiera reaccionar, sintió la rodilla del otro en sus partes intimas. El golpe hizo que se agachara, cortándole la respiración. Aprovechando la nueva postura del moreno, el castaño dio una patada en la tripa del otro, causándole un grito de dolor. El ojiazul sujetó el gelificado cabello de Anderson y lo obligó a levantarse. Pudo ver las lágrimas que caían por sus mejillas.

– Eres un marica llorón. – Hummel le escupió en la cara.

– T-te van a e-expulsar p-por est-to – Susurró el ojimiel asustado.

– ¿Tú crees? – Se burló Kurt. – ¿Qué le vas a decir al director? ¿Que estabas fuera de tu dormitorio después del toque de queda para que tus dos mejores amigos pudieran follar tranquilamente en tu habitación? ¿Qué eres el mejor boxeador que Dalton ha tenido en años y que se deja golpear por alguien que no ha luchado en su vida? ¿No será que te excita que te golpee y te trate así?

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Blaine. Jamás usaría sus conocimientos de boxeo o lucha fuera del ring. No era una persona violenta. Se defendía exhibiendo sus habilidades con los puños, pero nunca agrediendo. Pero era consciente de que eso no le servía con el castaño. El más alto lo empujó contra la pared y salió de allí.

El moreno estuvo un rato intentando tranquilizarse. Cuando su respiración se normalizó y sus ojos dejaron de llorar, se levantó como pudo. El dolor en la tripa era enorme y no dudaba de que tendría un buen moratón al día siguiente. Como pudo, recorrió el poco camino que le quedaba hasta la habitación de Trent.

Una vez allí, el más corpulento se asustó al ver el estado de su amigo. Lo ayudó a tumbarse en la cama y comprobó los golpes que había recibido.

– Debes hablar con el director. – Dijo el joven.

– No puedo. Delataría a Nick y Jeff. – Susurró entre lágrimas Anderson.

Los dos amigos se abrazaron mientras Blaine lloraba desconsolado. No sabían cómo solucionar ese problema pero las cosas no podían seguir así. Lo que iba a ser el mejor año de sus vidas se había convertido en una pesadilla para Anderson. La situación comenzaba a sobrepasarle y sabía que iba a ser incapaz de lidiar con eso. Ya había renunciado al solo de los Warblers y al día siguiente pediría a sus amigos no volver a cambiarse de habitación. ¿A cuántas cosas más tendría que renunciar? ¿Cuántas veces lloraría por culpa de Hummel?

Mi Pesadilla (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora