CAPÍTULO 13: NO ME LO MERECÍA (PARTE 2)

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CAPÍTULO 13: NO ME LO MERECÍA (PARTE 2)

Después de cenar, Blaine subió a darse una ducha para relajarse. El día había sido duro y la noche sería peor. Burt, Carole, Finn y Kurt aun discutían donde dormiría. Los adultos veían más lógico que lo hiciera con el castaño para que los dos heridos estuvieran juntos y porque consideraban que, si había algún problema por la noche, el más alto no se enteraría porque una vez se dormía, era muy difícil de despertar. Sin embargo, los dos jóvenes alegaban que debía dormir en la habitación de Hudson. Al principio no tenían argumento, hasta que al ojiazul se le ocurrió decir que no podían hacer que Anderson o él durmieran en una cama inchable incómoda después de lo pasado ese día.

Cuando el moreno salió del baño, Hummel estaba esperándolo. El ojimiel llevaba una camiseta y unos pantalones de Kurt a los que les había doblado el bajo para no arrastrarlo.

– Mi ropa te queda perfecta. – Comentó el ojiazul.

– Gracias. Vamos con todos. – Pidió el más bajo.

– Antes de nada, quiero pedirte perdón.

– Ya lo has hecho, varias veces, pero lo que ha pasado hoy no cambia nada.

– Por favor. Sólo quiero hablar...

– ¡Y yo quiero que me dejes en paz! – Anderson gritó.

Los dos se estuvieron mirando por un minuto, hasta que Burt llegó junto a ellos.

– Los dos a la cocina, ¡ya! – Dijo el mayor.

Los dos menores obedecieron y vieron como Finn y Carole se unieron a ellos.

– Quiero saber que pasa. Me ocultáis algo y no sé qué es. – El señor Hummel miraba a los tres chicos.

– No sé de que hablas. – Kurt intentó aparentar normalidad, pero no podía.

– No vamos a salir de aquí mientras no me lo digáis. – El mayor siguió.

Durante casi una hora, los tres chicos estuvieron aguantando el interrogatorio, pero llegó un momento en el que Hudson no pudo más y acabó confesando todo lo ocurrido. Al menos lo que él sabía.

– No me puedo creer que mi propio hijo, después de todo lo que sufrió en el McKinley, hiciera algo como eso. Estoy muy decepcionado. No conozco a mi hijo. – Burt confesó cuando el hijo de su mujer acabó su explicación.

Kurt sintió ganas de llorar, le dolía ver la decepción en su padre, le dolía que sintiera que no lo conocía porque él seguía siendo el mismo. Sólo cometió un error y no entendía por qué era tan difícil de perdonar. Puck tenía razón, él merecía una segunda oportunidad.

– Lo siento papá. Me dejé llevar por dos malas personas.

– No es a mí al que debes pedir perdón. – El mayor fue tajante.

– Pero Blaine no lo acepta. – Se excusó el ojiazul.

– ¿Me dejarás en paz si te perdono? – El moreno casi gritó. Todos miraron a los chicos.

– Me gustaría que empezáramos de cero, que me perdonaras y me dieras una oportunidad.

– Y a mí me gustaría que no hubiera homófobos en la tierra, pero eso no va a pasar pronto, ¿no crees?

– Esto es lo que haremos. – Burt interrumpió. – El lunes Kurt y yo iremos a hablar con el director de Dalton y confesará todo lo que te ha hecho y aceptará el castigo que le impongan. Por mi parte, te impondré otro castigo. – Miró a su hijo. – Blaine está en su derecho de no perdonarte pero vais a intentar conocer y entender al otro. Creo que podríais ser buenos amigos, tenéis muchas cosas en común. Pero no va a ser tan sencillo, te tendrás que ganar el perdón con acciones. Las palabras no son suficientes. ¿Os parece bien?

Mi Pesadilla (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora