Max caminaba lentamente por los terrenos de Hogwarts, disfrutando de las últimas horas de la noche, hasta que llegó a la orilla del lago. Se sentó en la hierba y contempló la figura del calamar gigante, que le devolvía una mirada de sueño y agotamiento propia de un animal que ha estado jugando todo el día con los alumnos nuevos.
Sacó su varita y susurró un hechizo. La punta de ésta se encendió y unas chispas empezaron a moverse por el aire siguiendo la figura que el mago dibujaba, y pronto de la nada empezó a crearse un precioso cuadro, un retrato. La pintura mágica hecha de chispas mostraba la imagen de una mujer. Era rubia, esbelta, de pelo largo y ondulado que caía en cascada por su espalda.
- Olvídate de ella, Max.- susurró el chico negando con la cabeza y moviendo a varita a través del dibujo, haciendo que se deshiciese en una pequeña explosión de chispas doradas, que terminaron de desaparecer en los ojos de la retratada.
El profesor mantuvo su vista fija en el lugar que ocupaban los ojos de la muchacha aún cuando éstos habían desaparecido en la niebla vespertina que daba la bienvenida a un nuevo día de clases, su primer día como profesor de pociones.
Se levantó con cuidado de no resbalarse en el barro que había formado el contacto de la humedad matutina con la tierra que bordeaba el lago, pero antes de ponerse en marcha hacia el edificio vio algo que llamó su atención. Al otro lado del agua, frente a él, alguien lo estaba mirando fijamente. La figura, tan alta y delgada que podía haber pasado por el tronco de un árbol deshojado, al advertir que lo habían descubierto empezó a moverse hacia el castillo, pero antes de que Max pudiera darle alcance se desapareció.
El joven suspiró y volvió a encaminarse hacia su primera clase con los chicos de primero de Slytherin.
Siempre le había fascinado esa casa, tan misteriosa y con un pasado tan oscuro. ¿Qué escondería Slytherin para que casi todos los alumnos que se graduaban allí fueran delincuentes seriales? Había escuchado los rumores que rodeaban a las familias Riddle, Malfoy y Lestrange, y ninguna de las familias había contribuido con nada bueno para la sociedad mágica. Aunque claro, aún estabn las familias como la de Greengrass, que eran nobles y bondadosas, o los descendientes de la familia Goyle, de los que los magos decían que eran demasiado estúpidos como para ser malvados.
Entre esos pensamientos llegó a las mazmorras, y en el aula le esperaban los serpientes temblando entre el miedo y la excitación. Uno de los tantísimos rumores del colegio era que todos los profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras habían muerto, y que el último, alguien llamado Severus, antes de morir en el cargo de Defensa, había sido profesor de pociones.
- Buenos días -saludó él con amabilidad, ante lo que los alumnos correspondieron con las mismas palabras y las alumas suspiraron- soy el profesor Maximilien Wildsoul de Pociones. Antes de empezar esta clase debo advertiros, pequeños aprendices de hechiceros -su voz se fue congelando, bajando unos tonos hasta quedar reducida a un pequeño susurro que podía oírse perfectamente entre las paredes de las mazmorras. Los chicos empezaron a asustarse, y Max se felicitó internamente por haberlos metido en cintura con tanta facilidad- en esta clase no necesitaréis varitas. No podréis hacer aparecer una poción de la nada. Para cada mejunge hace falta ser un artista, un mago con todo lo que hay que tener.
>>El arte de las pociones se remonta a tiempos tan antiguos que los libros de historia aún se pelean por recogerlos, es un arte tan antiguo y noble que hace no tanto no se daba en los colegios, pues se decía que unos simples niños no tenían derecho a dominarlo. Es un arte tan perfecto porque cada imperfección, cada mínimo fallo puede cambiar todo un resultado, desde la fama a la muerte, en cuestión de segundos.
>>La primera poción que realizaremos este año de llama Esencia de Díctamo. La planta del Díctamo es extremadamente rara, pero he podido conseguir diez ramas para diez pociones perfectas, por lo que os tendréis que poner en grupos de tres para realizarlas. En la pizarra tenéis las instrucciones. Mientras la vais preparando, os diré que la Esencia de Díctamo puede curar cualquier tipo de herida sangrante, desd eun pequeño corte hasta una Despartición, que como todos sabréis es la pérdida de un miembro cuando una persona realiza una Desaparición fallida.
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High-heeled disaster (secuela - editando)
FanfictionLos problemas no dejan de perseguir a Hermione, quien esta vez ve amenazada su vida fuera del mundo mágico. ¿Conseguirá proteger su intento de seguir con su vida, o fallará estrepitosamente?