Sherlock's website: Only mine

1.5K 138 41
                                    


No acostumbro utilizar mi página web para esta clase de temas; sin embargo, me siento en el derecho de expresar lo siguiente de la manera más breve posible:

Si existe algo en lo que puedo estar de acuerdo con todos los idiotas que me rodean, es que no soy la persona ideal para entender, expresar y hablar sobre sentimientos. Claro que es obvio que los tengo, al final de cuentas soy un ser humano (uno superior, por supuesto), pero no de la misma manera en que ustedes, gente pobremente común, las poseen sin ningún tipo de "supervisión".

Mi coeficiente intelectual ha sido de gran ayuda en cuanto a control de emociones se refiere y mi conocimiento científico me ha ayudado a entender mejor mi entorno para así controlarla de alguna manera. Esto, sin embargo, me llevó a elevar mi mente tan alto que las cosas comunes simplemente no me eran suficientes. Las drogas me ayudaron mucho en ese sentido, pero eso es tema de otra conversación. Fue difícil descubrir qué me podría elevar hasta que resolví mi primer caso, el resto es historia. Yo soy un hombre lógico y todo lo que se refiera a... la gente, me es tan indiferente como lo son ustedes ante todo lo que les rodea, es decir, simplemente no lo entiendo.

Ya aclarada mi postura, puedo entrar al asunto que me llevó a escribir esto.

Lo que llaman destino no es más que las consecuencias de nuestros actos, de las decisiones diarias que tomamos y la misma casualidad. Esta reflexión me lleva a creer que, tal vez y solo tal vez, la suerte también puede ser algo tan tangible como lo es la roca de un río. Porque cada vez que veo a ese hombre a los ojos, no puedo evitar pensar en que cada acción que he hecho en mi vida me llevó irremediablemente a conocerlo. Si nunca hubiese dicho tales palabras, o no hubiese ido a tal lugar a tal hora en tal día, nunca lo hubiese conocido. Si la suerte existe, entonces, para mí, lleva el nombre de John Hamish Watson.

Sigo siendo un hombre lógico, quiero dejar eso en claro, como también que sigue sin interesarme entender a la gente en general y mucho menos el tema de los sentimientos o referentes. Definitivamente no me interesa comprenderlos, no me interesa... si es que John Watson no está involucrado. Ciertamente, sigo luchando para dominar ese tema, pero me siento confiado de mi progreso cada vez que me doy cuenta de que puedo interpretar todo lo que John intenta decirme con tan solo una mirada o el tono de su voz. La utilización de palabras específicas, el roce de sus manos en mi mejilla, incluso un suspiro es suficiente para mí para saber cómo está él en esos momentos.

John es un caso que nunca dejará de ser un misterio para mí, un caso en el que nunca seré lo suficientemente inteligente como para resolverlo y nunca dejará de elevarme tan alto que ni la más fuerte droga lograría alcanzarla. Es casi una obsesión para mí, es un libro abierto con un número infinito de páginas, una fuente inagotable de placenteros conocimientos con los que él siempre me sorprende con información (aunque es seguro que yo mismo lo haya eliminado previamente de mi palacio mental) totalmente desconocida para mí. Esto incluye, por supuesto, los placeres físicos. Sí, esos a los cuales yo descarté como innecesarios, ahora son un pasatiempo casi totalmente nocturno que comparto con John. De hecho, descubrirme lo relajado que puedo estar al día siguiente luego de un encuentro íntimo, ha convertido de esta una excelente práctica para poder eliminar mi estrés y tensión. Soy un hombre que se estresa constantemente, por lo que puedo deducir que John está plenamente satisfecho con nuestra activa vida sexual. Muy activa.

Entonces aquí tienen la razón de mis palabras, la conclusión del porqué atreverme a describir algo que solo a mí me debería interesar y de alguien a quien solo yo tengo el derecho de reclamar como mío. John Hamish Watson se encuentra en una relación sentimental y física conmigo, William Sherlock Scott Holmes, el único detective consultor del mundo.

Por supuesto, sé que todo lo explicado anteriormente ha sido algo complicado de entender a la primera, así que seré amable y les ahorraré el procesamiento de datos en sus limitados cerebros explicando todo lo anterior con sus propios términos:

Primero, John Watson definitivamente no está disponible, el hecho de que sea ridículamente amable con cualquier mujer que se le cruza en el camino no significa nada más que eso, la maldita y estúpida amabilidad que tanto se empeña él en cumplir. Segundo, es mejor que se ahorren sus coqueteos baratos porque (y ténganlo por seguro) que la noche anterior tuvo tanto sexo conmigo que no se sentiría tentado ni a tocarlas aun así estuviesen desnudas delante suyo. Y tercero, John Watson es mío y yo soy de él, si alguien se cree capas de afectar ese perfecto equilibrio, le invito amablemente a subirse al edificio más alto de Londres y arrojarse de él inmediatamente, de lo contrario, seré yo el que se encargue de ello de manera muy personal.

Sherlock Holmes, propiedad privada del Dr. John H. Watson.












La idea fue escribir tal cual Sherlock publicaría en su página, así que intentar "hablar" como él fue algo complicado, no soy Moffat.
Me gustaría hacer varias similares, así que espero que mi cerebro me muestre algo interesante pronto. Si tienen sugerencias para ello, las recibiré encantada.

¡Gracias por leer! Les mando amor :)

Short Stories [Johnlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora