I ; Friend.

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—N-no... —Eso fue lo único que logró salir de sus labios, pues a pesar de no ser la primera vez que atacaban al pelinegro de esa manera, aun entraba en una especie de shook cuando eso pasaba.

—¿Que harás para defenderte? —Habían veces en las que sentía sus pies como si se adentraran en su piel por sobre la ropa, pero cuando volvían a patear en el mismo lugar con la punta de sus pies, caía en cuenta de que su piel seguía intacta. —¡Nada, porque eres un maldito debilucho!

—Nam, creo que es suficiente —Y ahí estaba HoSeok. Al parecer era el único con un poquito de cordura en ese momento, ¿por qué? vamos, todos sabemos que si fuese él, no pararía.

—¿Ahora lo vas a defender? pensé que esto era lo que querías —Miró hacia un lado para ver el rostro de hoseok, quien se mantenía calmado y con expresión seria.

—Hobi tiene razón, las marcas cada vez se hacen mas visibles —Se oyó la voz de JungKook hablar un poco más lejos —Será mejor que lo dejen hasta aquí por hoy.

—Tsk, está bien. —Refunfuñó el más alto de todos —Pero que quede claro que no estas libre, ¿entendido? —Se dirigió a Jimin, quien solo asintió una vez y sin fuerzas como para hacerlo una segunda vez.

—Vamos —Dijo por último HoSeok y los tres dejaron al chico pelinegro tirado en el suelo.

Jimin se sintió débil, inútil. ¿Realmente no podía hacer nada? tal vez era el miedo, no podía evitar tensarse con solo oír el nombre de alguno de ellos. Oh, qué ganas de llorar sentía en esos momentos, un momento, ¿no es eso lo que está haciendo?

—P-perdón —Susurró encogiéndose en el suelo, sin nadie que pudiera escucharlo más que él mismo.

¿A quien pedía perdón? Ni el lo sabe. Es solo que la ligera sensación que todo esto es su culpa lo acompaña. Quizás se lo merece, todo él dolor se lo causó el mismo.

Cuando por fin tuvo fuerzas para levantarse, lo hizo. Salió de aquel alejado lugar dentro de la escuela para dirigirse al baño. No había nadie en los pasillos, ya habían entrado a clases.

Entró al baño de chicos caminando lentamente hasta el espejo y quedar frente a él. Se miró con repudio, puesto que era verdad, era un debilucho. Tenía el labio roto y con sangre, sin embargo esta era la única marca notoria.

Ellos eran inteligentes, no dejaban marcas visibles. Solo en el estómago y piernas.

Antes también lo hacían en los brazos y Jimin se veía obligado a usar suéteres con mangas largas, pero un día en la clase de educación física el profesor le ordenó sacárselo, dejando al descubierto los negruzcos moretones en ellos. No hizo más que mentir para cubrir a quienes lo atormentaban día y noche.

Cortando sus propios pensamientos, encendió el agua y mojó sus manos para luego pasarlas cuidadosamente por su rostro, limpiando los rastros de lágrimas y sangre en él.

Sacudió su ropa con cuidado ya que su cuerpo dolía bastante pero debía sacar la tierra de su uniforme.

Luego de eso, salió dispuesto a ir a su clase. No podía perder un minuto más, lleva quince de retraso y no quería arriesgarse a obtener alguna sanción.

Se quedó mirando la puerta del salón revisandose una última vez para ver si no traía manchas o algo parecido. Finalmente lo hizo, tocó la puerta esperando a que abrieran para entrar.

Segundos después vio a su profesora de química frente suyo con una ceja alzada.

—¿Otra vez, Park? —Avergonzado, agachó la cabeza sin dar respuesta alguna, no tenía excusa. —Esta es su última clase, ¿por qué siempre llega tarde? ¿Acaso se pone a dormir en el receso?

—No profesora, solo tuve algunos inconvenientes, prometo que no volverá a pasar —La mujer suspiró al ver el labio roto del chico, sus nudillos no tenian parca alguna, por lo que ya se hacía una idea de lo que pudo haber pasado pero no podría hacer nada si el pequeño no quería hablar.

—Esta bien, adentro. —Lo dejó pasar y el menor dio paso a sentarse en su puesto. Cada vez que se sienta en su silla piensa que le hubiera gustado sentarse junto a la ventana, pero lastimosamente no era así.

La profesora siguió la clase normal y Jimin se dio cuenta de que iba tan distraído que había olvidado sus cuadernos en su casillero. No dijo nada, sólo sacó un cuaderno de la rejilla bajo su mesa y prosiguió a escribir ahí.

Al termino de la clase, Jimin se apresuró a ir hasta su casillero. Caminaba lo más rápido posible, lo cual no era demasiado, aun seguía adolorido.

Abrió su casillero poniendo la contraseña en el candado y sacó una mochila de ahí para llevarse sus cuadernos y pasar lo que escribió al cuaderno correcto. Al sacar uno de los cuadernos, notó un pequeño papel doblado de color amarillo.

Tal vez una amenaza... Pensó el pequeño pelinegro.

Desdobló el papel y lo que leyó le sacó una mueca de sorpresa.

"Si yo fuera el amigo de Jiminie, me encargaría de defenderlo de todos los malos.
JJ."

Y sonrió ignorando la abertura en su labio y el dolor que esta le provocaba. Lo hizo como nunca, pues se sintió minimamnete querido.

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If I Were... | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora