JungKook se encontraba bufando por enésima vez en el día. En su mente discutía si debería ir a visitar a Jimin, necesitaba una respuesta.
Bueno, no es como que haya hecho alguna pregunta, pero en su ultima nota aclaraba obviamente su identidad y necesitaba saber que pensaba el mayor.
Está seguro de que probablemente Jimin lo odia, pero es difícil que una ilusión muera tan fácilmente, y mas si se trata de Jeon Jeongguk.
Sin mas, tomó su bolso y se dispuso a ir a casa de Jimin, cuando se dio cuenta de que solo había pasado un día desde aquella nota en su casa. Él necesitaría tiempo para pensar.
Con su inquieta pierna derecha tiritando, soltó las llaves y las dejó en una mesa cercana para luego también lanzar su bolso al sofá.
Estaba nervioso, las mariposas en su estomago eran justo como las describían en películas. Aunque lo hiciera parecer débil, le gustaba sentir aquello.
Una amplia sonrisa se asomó en su rostro, ¿como sería ver la carita de Jimin al llegar el lunes a la escuela y ver que nadie deseaba golpearlo mas? Está ansioso.
Son muchos los sentimientos que se acoplan en su interior, JiSoo tenia razón en exactamente todo lo que dijo. Agradeció a cada dios por tenerla como amiga para guiarlo, pues jamás hubiera dado aquel paso de no ser por sus consejos.
Realmente se arrepiente de todo el daño que le hizo a su pequeño. Hubieron veces que por poco lo mataban. Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar lo que la enfermera había dicho; Jimin estaba desnutrido.
¿Habrá comido hoy? Okay, ya no podía mas.
Corrió hasta su habitación y sacó todo el dinero que tenía a mano para luego volver a tomar su bolso y sus llaves. Sin desperdiciar un segundo más, salio de la casa y corrió hasta esa pastelería donde hace algunos años disfrutaba de ver a Jimin comprar unos deliciosos pasteles.
Aun recuerda cuales eran los que mas le gustaban, o los que mas se repetían a la hora de comprarlos.
Entró a la panadería y llevó todo lo que sabía que podría gustarle a Jiminie.
Ya con una bolsa casi repleta de ellos, corrió hasta la casa del mayor, puesto que no quedaba muy lejos de la suya. Al llegar tocó el timbre con una sonrisa plasmada en el rostro.
Toco otra vez y otra, pero nadie salia. Decidió no seguir tocando y esperar un poco, tal vez no estaba despierto a esta hora, aunque considerando que son las una de la tarde... Tal vez estaba enfermo.
¡Jimin podría estar enfermo y el le trae una bolsa llena de pasteles! Definitivamente debía comenzar a pensar mas.
Cuando estuvo apunto de darse la vuelta, con la cabeza gacha, la puerta se abrió. Rápidamente se volteó esperando ver a Jimin, pero por el contrario, solo logró ver a una mujer.
Probablemente su madre.
Lucia demacrada, tenia una ojeras horribles y enormes, su cabello se veía desordenado y sus ojos estaban inyectados en sangre. Estuvo llorando, quizás.
—D-disculpe, ¿se encuentra Park Jimin? —Habló algo avergonzado, sin saber porqué. —Soy JungKook, un... Amigo.
—Dios mio... —Los ojos de la mujer se cristalizaron y se notaba que no era la primera vez en el día. Una de sus manos, tiritando, se dirigió a su boca cubriéndola.
—¿Que pasa, señora? No se ve muy bien. —Hizo una mueca algo preocupada.
—V-ven, entra. —La mujer dejó entrar al mas joven.
JungKook no pudo evitar mirar todo el desorden que había en aquella casa. Vidrios rotos y demás cosas en el suelo. Frunció el ceño, comenzando a preocuparse.
—¿Eres tu? —Su voz temblaba mucho, eso le inquietaba un tanto. La mujer le había entregado un papel doblado en dos partes, la cual tenia su nombre escrito con la letra de Jimin. Si, sabia exactamente como lucia su letra.
—Si. —Asintió.
—Entonces tomala y vete a tu casa. —Hablo sin mas. El castaño solo ignoró las lágrimas en sus ojos y preguntó;
—Pero realmente necesito ver a Jimin, le traía algunas cos... —El rostro de la mujer no cambió de expresión.
—No entiendes, jamás volverás a verlo. —Apesar de que su voz temblaba hablaba firme. —Yo me encargaré de entregar las otras dos que faltan. —¿Habian mas cartas? ¿Que es esto?
En la mente de JungKook solo pasaba la idea de que la mujer envió a su hijo a otro país al saber de todo lo que pasaba en la escuela. Tal vez las otras dos cartas eran para Nam y Hobi.
Suspiró sonoramente y se paró enfrente de la puerta seguido de la madre de Jimin.
—Adiós y gracias. —Salió de la casa y antes de que la mayor cerrara se dio la vuelta. —¿Podría por lo menos entregarle esto a él? —Le extendió la bolsa con los pasteles.
—Por favor, no insistas. —Y cerró la puerta.
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If I Were... | KookMin
Fanfiction« Si yo fuera... » ❝ Donde JungKook deja notas anónimas en el casillero de Jimin. ❞ ➡Minific. ➡Actualizaciones seguidas. ➡Estan prohibidas las copias y adaptaciones.