Girl Saves Evil-Bangtan Boys-(BTS)

Capítulo 27

—¿Dónde conseguiste esto? —Pregunto sacudiendo el contenedor mirándolas.

—En una cafetería—Respondo pasando mis manos sobre mis ojos haciendo presión encima de ellos.

—¿Quién te los dio? ¿Cómo era ella? —Vuelve a preguntar acercándose a mi poco a poco.

—Una señora de pelo rojizo de estatura mediana. —Vuelvo a responder a sus dos preguntas.

—Mierda—Susurra mirando hacia una esquina de la cocina. — ¿Desde cuándo te las tomas? —Pregunta.

—Desde ayer en la noche-Respondí quitando las manos de mi rostro. —¿Quieres también saber el color de mi ropa interior?—Dije con sarcasmo ya hastiada de las tantas preguntas que me estaba haciendo.

—Esto es algo serio. —Busca un vaso en el trastero llenándolo de agua y luego arrojando las pastillas en ella. —Estas no son pastillas, estos están hechizados. —Dijo y comencé a reírme.

—La magia negra no existe Jin. —Cruzo de brazos mirándolo y él me mira serio.

—Y si eso no existe, lo que tú viste tampoco. —Alza de hombros cambiando a un rostro de victoria y sinceridad.

El luego coge el vaso y lo inclina saliendo el líquido del vaso. Un escalofrió recorrió mi cuerpo al ver que de este salió un líquido espeso verde y el olor de este era horrendo como si fuera azufre.

—Esto poco a poco te va comiendo el cerebro hasta volverte loco. —Me explica mirando el líquido como bajaba con dificultad. —Con suerte solamente tomaste una, a lo mejor no estás tan mal como pensaba.

—¿Cómo sabes tanto de esto? —Cuestiono asombrada por sus explicaciones. —Es como si las hubieras tomado antes. —Observo el líquido verde y vi como su cuerpo se tensó por completo. Nuestras miradas se cruzaron creando un silencio incómodo. —Oh tú, perdón no creí que-

—Vamos a la cafetería. —Se aclara un poco la voz ignorando lo que había dicho.

—Jin—Me acerco a él colocando mi mano sobre su brazo, pero este la aleja un poco haciendo que retrocediera un poco callándome.

—Necesito un mechero—Sube un poco su tono de voz haciendo que brincara un poco del susto. —¿Tienes uno? —Cuestiona y asentí buscando el mechero por las gavetas de la cocina.

—¿Para qué necesitamos uno? —Pregunto entregándole el mechero.

—Para borrar todo mal que he creado—Responde cogiendo el mechero y encendiéndolo, dejándose ver los colores del fuego.