【Capítulo 16】

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2 Años Después

E M I K O

— En estos dos últimos años debiste haber pensado en todo. —hablaba Emperador Gato sentado en su trono a unos metros de mí, me encontraba de pie con mi mirada totalmente seria.

— Así es, Emperador. —confirmé.

— Bienvenido de vuelta, príncipe Emiko. —dijo con una voz cálida y yo sonreí un poco agachando mi cabeza.

— Gracias. 

Fui acompañado hasta la salida del castillo por unos soldados, estos me guiaron hasta el coche que me llevaría a la mansión donde he vivido toda mi vida, o al menos fue así hasta hace dos años.

Al llegar me subí al coche saludando al chófer y despidiéndome de los soldados. Pocos segundos después el chófer empezó a andar alejándose del castillo de Emperador Gato.

El viaje fue demasiado rápido ya que mi emoción estaba a un nivel muy alto. Sin darme cuenta el coche ya había llegado a su destino, me bajé del vehículo despidiéndome del chófer. Él enseguida empezó a andar para alejarse del lugar y desaparecer de mi vista.

La mansión estaba igual como antes de irme, a excepción de las cortinas de mi antigua habitación. Me acerqué a pasos muy nerviosos a la entrada principal, los guardias me reconocieron al verme y se inclinaron. Toqué un par de veces la puerta.

Pocos segundos después esta se abrió dejando ver la imagen de mi madre.

— ¿Emiko? —sin pensarlo se acercó y me abrazó, también la abracé— Adelante.

Entré a la mansión viendo la enorme sonrisa que tenía mi madre en su rostro y no pude evitar también sonreír. Pude ver a mi padre conversando con una chica de cabello largo color café claro, aparentaba ser de mi edad.

— ¡Emiko! —gritó mi padre al notar mi presencia, se acercó a mí para abrazarme y la chica nos dirigió su mirada— ¿Qué haces aquí? —preguntó sonriendo bastante alegre. 

— Mi exilio terminó, padre. —dije para escuchar celebraciones de parte de madre y padre. Luego dirigí mi mirada hacia la chica y mi padre lo notó.

— Emiko, ella es Odette. —nos presentó señalándola— Es la chica que se encargará de los envíos, paquetes y mensajes. —la chica empezó a acercarse a mí.

— Un gusto, príncipe Emiko. —dijo estirando su brazo hacía mí— Nos habíamos visto antes... Cuando el príncipe Tirifilo desafió al superior Félix a un partido de fútbol. 

— El gusto es mío, Odette. —dije correspondiendo su saludo. Odette... He escuchado ese nombre antes— Creo que recuerdo un poco. 

Ella terminó el saludo alejándose y sonrió un poco, dirigí mi mirada hacia mi padre.

— Padre, ¿Dónde está Adier? —pregunté.

— Oh. —dijo sonriendo— Tu hermano está bañando a Josephine. Le encantará verte aquí. 

— Discúlpenme. —le dije a mis padres y a Odette para retirarme del lugar. 

Caminé hasta la puerta trasera para salir de la mansión. Me dirigí al lugar donde Adier dejaba a Josephine, su yegua. Ahí estaba él. Se encontraba bañando a Josephine con una manguera, el animal estaba completamente mojado al igual que el suelo. Dejó la manguera de lado para darle algo de comer a Josephine.

— ¡Está prohibido alimentar a los patos! —dije en voz alta intentando imitar la voz de una persona de seguridad. Él me miró enseguida.

— ¿Emiko? —preguntó al reconocerme, sonrió y empezó a acercarse a mí para abrazarme— ¿Qué haces aquí?

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⏰ Última actualización: May 09, 2018 ⏰

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