【Capítulo 11】

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E M I K O

Me encontraba sentado en la silla de la mesa desayunando junto a mi hermano cuando se escucharon pasos bajando las escaleras, segundos después aparecieron nuestros padres delante de nosotros sonriendo de oreja a oreja. 

— ¿Qué ocurre? —preguntó Adier dejando de comer para mirarlos.

— Emperador Gato y Emperador Conejo han organizado un viaje. —habló nuestra madre con una gran sonrisa— ¡Y han invitado a todos los reyes, reinas, príncipes y princesas! —juntó sus manos.

— Es estupendo, madre. —dijo Adier sonriendo— ¿Cuándo será?

— Hoy en la tarde, Emperador Gato enviará un coche a todos los reinos para recogernos al igual que los demás. —contestó sonriendo nuestro padre, aunque no tanto como nuestra madre.

— Muy divertido, sí. —dije interrumpiendo un poco la felicidad— Pero, ¿Por qué los Emperadores estarían haciendo viajes? Ya saben, son los encargados de muchos reinos y tienen que estar viéndolos. 

— Es verdad. —me apoyó Adier— Madre, usted dijo que también irán las personas como nosotros, ¿Quién vigilará los reinos? La gente de clase inferior quedará.

— Buenas observaciones, hijos. —dijo orgulloso nuestro padre— Los Emperadores dejarán las responsabilidades a sus soldados de élite en todos los reinos. 

Aquello nos alivió tanto a mí como Adier, los soldados de élite eran los mejores entrenados para todo. Luego de que nos dieran la información, se retiraron de la sala para ir a su habitación a empacar lo que llevarían al viaje. Nuestra madre agregó que el destino del viaje sería una playa y nos quedaríamos a acampar.

Adier se levantó de la mesa para caminar hacia la puerta de la entrada principal y empezó a tomar algunas cosas suyas de los percheros. 

— Hey. —llamé su atención dejando de comer— ¿A dónde irás?

— Tal vez luego te diga, hermano. —dijo sonriendo y salió de la mansión. Momentos después se escuchó ruidos de un caballo corriendo alejándose del lugar. 

Una vez que terminé de desayunar me levanté de la silla y subí las escaleras con intenciones de ir a mi habitación. Al llegar cerré la puerta enseguida y observé detalladamente mi habitación. Entre mis cosas guardadas saqué un gran bolso y lo arrojé encima de mi cama, iba a empacar lo necesario ahora. 

Mientras guardaba mis cosas en el bolso inevitablemente una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando apareció el pensamiento de que iría Tirifilo a ese viaje. Al reaccionar, moví mi cabeza de un lado a otro borrando su imagen de mis pensamientos. Cuando terminé me dejé caer en mi cama y cerré mis ojos. Cada vez que me interesaba una persona luego tenía que pensar en ella voluntariamente o sí no, no aparecía en mis pensamientos. Tirifilo apareció sin que yo quisiese. 

Sonreí.

Escuché la voz de mi madre desde el primer piso llamándome, abrí mis ojos y me levanté de mi cama con bastante cansancio. ¿Me dormí? Tomé el bolso que se encontraba a los pies de mi cama y salí de mi habitación. Nuevamente me llamó y bajé las escaleras, en la puerta de la entrada principal se encontraban mis padres y mi hermano esperándome. Me acerqué a ellos y salimos de la mansión.

— Hey, Adier. —dije llamando su atención— ¿Qué pasará con Josephine?

— Quedará al cuidado de los guardias, dejé todo ahí por sí hace falta. —dijo sin preocupaciones. 

Llegamos a donde se encontraba el coche, a simple vista se notaba que era de una clase muy superior. Le dimos nuestro equipaje a unos soldados y ellos lo dejaron en el maletero, nuestros padres subieron primero al coche y luego mi hermano y yo. Nos acomodamos en los asientos que eran bastante cómodos y el chófer empezó a andar. 

【 Cielo Azul 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora