Capítulo 18

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Las luces comenzaron a parpadear en mi máquina, y sonaba como loca. Un grupo de siete números estaban alineados en una agradable línea ordenada. El número de créditos mostrados seguía y seguía. Miré alrededor para encontrar que todos los ojos en las proximidades estaban en mí. La gente comenzó a aplaudir. Mi corazón estaba corriendo. Santa mierda. Gané.

¡Gané!

¿Qué gané?

Aún no sabía. No podía entender lo que era la máquina. Se dio el número de créditos pero ninguna cantidad en dólares. Cuando todo finalmente se detuvo, saque mi ticket y toque el botón de efectivo.

—¿Creo que gané, pero no puedo averiguar cuánto?

—¿Quiere cobrar?

—Uh, sí.

La persona se veía menos que entusiasmada de ayudarme.

—¿Cuánto gané?

—Mil.

—¿Mil centavos?

—No, mil dólares.

Cubrí mi boca y hablé en mi palma—: Oh, por Dios.

—¿Lo quiere de a cincuenta o cien?

—Um... cien. —Me entregó un fajo de billetes, y lo olí antes de correr a encontrar a Nam.

Mientras hacía mi camino a través de las luces brillantes y el caos, el dinero quemaba un hoyo en mi cartera. Finalmente lo localicé en las mesas de póker. Estaba en un profundo pensamiento, rascando su barbilla y no sabía que lo miraba. Su camisa se aflojó aún más, sus mangas estaban enrolladas. Su cabello lucía como que habían estado corriendo sus manos a través de él en frustración. Su lengua se deslizó hacia atrás y adelante por el aro que tenía en el labio como si estuviera concentrado. Había algo dolorosamente sexy sobre el contraste entre su nuevo aspecto con gafas y todos los tatuajes en sus brazos.

Finalmente, bajó sus cartas y murmuró—: Mierda. —Él revisó su teléfono y se levantó de la mesa. Caminó hacia mí y finalmente me notó sonriéndole desde la esquina—. Perdí mi camisa de doscientos dólares. Estuve arriba un tiempo entonces en el último juego me jodió. ¿Cómo lo hiciste tú?

Metí la mano en mi bolsa y saqué el dinero. —Oh, ya sabes, la máquina de centavos.

—¿Estás bromeando?

—¡Mil dólares! —le dije, agitándolos en su cara y saltando de arriba a abajo.

—Mierda, ___. Felicidades.

Él me empujó en un rápido pero firme abrazo, rápidamente cerré mis ojos porque se sintió tan bien estar en sus brazos de nuevo. Cada nervio en mi cuerpo volvió a la vida en ese breve momento. Tienes veinticuatro horas. Eran menos que ahora. Puse el dinero de vuelta en mi bolso.

—Vamos a cenar para celebrar.

Mientras caminábamos por los pasillos en busca de un restaurante, su teléfono sonó. Se detuvo en sus talones.

—Hey, nena. —Rápidamente me miró cuando lo dijo, e instintivamente me di la vuelta.

Con mi corazón en la boca, caminé unos pocos pasos lejos, aún escuchando cada palabra.

—Me alegro de que estés bien. Enloquecí un poco en el entierro, de hecho. ___ condujo alrededor por un rato hasta que me calmé. Terminamos en un casino en Incheon. Es donde estamos.

—Lo haré.

—Yo también.

—Ten diversión. Diles a todos que dije hola.

BTS Lucky {RapMonster & ____}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora