El aire frío empañaba la ventana de nuestra sala de estar, mientras nerviosamente esperaba frente a ella y luchaba por ver hacia afuera. En cualquier momento, el Volvo de WooSeok se posicionaría en el espacio para entrar en la calzada. Había ido al Aeropuerto de Incheon a recoger a su hijo, NamJoon, que estaría viviendo con nosotros el próximo año, mientras su madre tomaba una asignación de un año en el extranjero relacionada con el trabajo. WooSeok y mi madre, Hana, se habían casado hace apenas un par de años. Mi padrastro y yo nos llevábamos bastante bien, pero no diría que éramos cercanos. Esto es lo poco que sabía sobre la vida anterior de WooSeok: su ex mujer, Sofia, era una artista del sur de Ecuador y su hijo era un punk con tatuajes a quien, de acuerdo con WooSeok, se le permitía hacer lo que quisiera.
Nunca antes conocí a mi hermanastro y solo había visto una foto de él que fue tomada hace unos años, poco antes de que WooSeok se casara con mi madre. De la imagen, pude ver que heredó el cabello oscuro, probablemente de su madre, junto con la piel bronceada, los ojos igual de oscuros y rasgos finos de WooSeok. Lucía presentable entonces, pero WooSeok dijo que NamJoon entró en una etapa de rebeldía en los últimos tiempos. Eso incluía hacerse tatuajes cuando solo tenía quince años y meterse en problemas por consumo de alcohol y fumar marihuana. WooSeok culpó a Sofia por ser frívola y demasiado centrada en su carrera artística, permitiéndole a NamJoon salirse con la suya. WooSeok afirmó que alentó a Sofia a tomar un puesto temporal de clases a cargo de una galería de arte de Londres para que NamJoon, ahora de diecisiete años, pudiera venir a vivir con nosotros.
Aunque WooSeok tomó dos viajes cortos al oeste al año, no estaba allí a diario para disciplinar a NamJoon. Luchaba con eso y dijo que esperaba con interés la oportunidad de llevar a su hijo por el camino correcto durante el próximo año.
Mariposas pululaban en mi estómago mientras miraba hacia afuera, a la nieve sucia que bordeaba mi calle. El clima frío de Seul, sería un rudo despertar para mi hermanastro criado en Ilsan. Tenía un hermanastro. Esa era una idea extraña. Tenía la esperanza de que nos lleváramos bien. Como hija única, siempre quise un hermano. Me reí de cuan estúpida era, fantaseando con que esto iba a ser una especie de relación de cuento de hadas durante la noche, como los malditos Donny y Marie Osmond o Jake y Maggie Gyllenhaal. Esta mañana, oí una vieja canción de Coldplay que ni siquiera sabía que existía llamada Brothers and Sisters. No se trata de hermanos exactamente, pero me convencí de que era un buen augurio. Esto iba a estar bien. No tenía nada que temer. Mi madre parecía tan nerviosa como yo mientras, en repetidas ocasiones, subió y bajó las escaleras para tener lista la habitación de NamJoon. Convirtió la oficina en un dormitorio. Mamá y yo fuimos a Walmart juntas a comprar sábanas y otros artículos necesarios. Fue extraño tomar cosas para alguien que no conocía. Nos decidimos por la ropa de cama azul marino. Empecé a murmurar para mí, pensando en lo que le diría, de qué íbamos a hablar, cómo podría presentarlo aquí. Fue algo emocionante y estresante al mismo tiempo. Una puerta de auto se estrelló, provocándome saltar del sofá y enderezar mi camisa arrugada. Cálmate, ____. La llave hizo un sonido al girar. WooSeok entró solo y dejó la puerta abrirse de golpe, permitiendo que el aire helado se filtrara en la habitación. Después de unos minutos, pude oír pies crujiendo sobre la capa de hielo que cubría la calzada, pero no a NamJoon todavía. Debe haber parado fuera antes de entrar. WooSeok asomó la cabeza por la puerta.
—Trae tu culo aquí, NamJoon.
Un nudo se formó en mi garganta cuando apareció en la puerta. Tragué duro y me le quedé observando varios segundos, mi corazón latiendo con más y más fuerza cuando la realización de que no se parecía en nada a la imagen que me mostraron me golpeó. NamJoon era más alto que WooSeok, y el cabello corto que recordaba de la foto, era ahora un lío negro como la tinta, despeinado casi cubriendo sus ojos. Olía a cigarrillos, o tal vez era humo de pipa porque era más dulce. Una cadena colgaba de sus vaqueros. No me miraba, así que aproveche la oportunidad para continuar examinándolo mientras dejaba su bolsa en el suelo.
Cataplúm.
¿Eso fue mi corazón o la bolsa?
Miró a WooSeok, y su voz era ronca. —¿Dónde está mi habitación?
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Bueno espero escuchar sus comentarios!!!

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BTS Lucky {RapMonster & ____}
Fiksi PenggemarNamJoon es todo lo contrario a lo que aparenta ser....ella ve mas alla de sus hermosos tatuajes