Para pensar

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Soy una persona enamorada del amor, en general. Ese que vivimos o vemos vivir.
Está en todos lados, en la dedicación que le ponemos a lo que tanto nos gusta hacer, en la comida que cocinamos, en la emoción al contar algo. En la mascota que nos persigue de punta a punta, en la risa con los amigos, los fines de semana con la familia, en nuestra habitación, solos. En los abrazos en los hospitales, en los besos de los recién casados, en las miradas de los abuelos, en la felicidad de un niño. Incluso, en lo pequeño, en un mensaje, en una frase, en un chocolate, en un reto, en un llanto, en una ayuda, en la cama, en esa sonrisa, en el tiempo. Una persona mostrandote su pasión, o su debilidad, sus gustos, sus miedos. Vemos amor donde no vemos, en las calles, parejas, familias o inclusive una persona sola amando sin ser correspondido o simplemente amando el mundo, la vida. En un colectivo, con personas que van a trabajar para mantener a su familia, con aquellas que van a visitar a un ser querido, con aquellas que sólo viajan por amor a viajar. Repletos de amor, a uno mismo, a otros, a cosas, en todo sentido y aspecto, pero siempre amor.
Estamos rodeados de amor, todo el maravilloso tiempo, pero nos hacemos los ciegos, los duros, pensando que el amor nos hace débiles, al contrario, el amor es la fuerza para sobrevivir en nuestro propio infierno.

Mi mente en letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora