El país de Los Sueños (cuento Infantil ) [terminada]

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Con mucho pesar, el forastero salió de la ciudad guiada con una brújula mágica con dos flechas, el príncipe le explico que la flecha roja siempre indicaba el camino al sitio donde quería ir.

- ¿y para qué sirve la otra flecha?- preguntó, pero el príncipe no respondió

. Luego de unos días el forastero llego a la ciudad, y trato de explicarle a sus 6 jefes que sucedió. Pero ninguno le creyó salvo uno.

- y dime, ¿hacia dónde queda esa ciudad? - preguntó con malicia

-- en el desierto-contestó el joven.

- ¿pero en qué parte?- insistió su jefe

- no sabría decirle - respondió apenado - solo he podido llegar hasta aquí gracias a la brújula

El señor. El quito la brújula al joven y lo despidió, días después, partió junto con dueños de circos y cazatalentos hacia la ciudad del desierto. Cuando llegaron, entraron a la fuerza a la ciudad.

- hemos venido para hacerlos famosos y llevarlos a conocer el mundo más allá lejos del desierto

Así fue como engañaron a la mayoría de los habitantes de la ciudad, muchos se fueron con circos o con los cazatalentos, algunos firmaron contratos para hacer lo que les gustaba con importantes empresas y al día siguiente partieron. Dejando la ciudad casi vacía.

Luego de un mes, villa felicidad. No parecía tan feliz. Todo parecía silencioso y lúgubre. Hasta que el príncipe escucho un grito. Era el forastero.

Estaba tan agitado que ni siquiera pudo saludar cuando empezó a hablar

- los tratan como esclavos, y apenas si lea dan comida y agua

- ¿a quién? - el príncipe estaba confundido

- a los habitantes. Los engañaron a todos

El príncipe y el resto de los habitantes (salvo unos cuantos que se quedaron a vigilar) se fueron de la ciudad junto al forastero, para rescatar a sus súbditos

Al cruzar el desierto. El príncipe no pudo evitar notar el cielo, estaba plagado de estrellas.

-cada estrella muere cuando alguien cumple sus sueños o es feliz. Pero en el Cielo de este mundo, hay tantas estrellas que no se pueden contar... vaya -suspiro - sí que este mundo está mal