I hate u, JK (KookTae)

Epílogo.

[I'm ready to let go.]

Taehyung había ido a ducharse, así que era el momento para que JungKook actuara.

Sabia bien que en unas horas Hoseok aparecería por la puerta junto a dos patrullas de policía, así que debía apurarse e irse antes de que todo terminara mal. Escribió la nota y la dejó en la mesa, se levantó de la silla y se acercó a la puerta del baño. Detrás de ella, se podía escuchar la voz ronca de Taehyung cantando una canción que no conocía. Sintió como su pecho dolía, como sus ojos comenzaban a escoser. ¿Era hora de dejarlo ir?

Colocó la mano en la puerta, como si así pudiera sentir la presencia de Taehyung y con un suspiró, se despidió.

Una vez salió de la casa, sintió como todo el peso caía encima suyo. Comenzó a llorar desesperadamente y se dio vuelta dispuesto a volver a entrar, buscar a Taehyung y llevárselo con él hacia un lugar en donde no pudieran encontrarlos. Quería ser feliz junto a Taehyung, después de todo, se merecía ser feliz.

Dudó por varios minutos, minutos que se hicieron eternos, pensando en si entrar o irse. Pero Jungkook había cambiado. Puso por encima de sus sentimientos los sentimientos de Taehyung, y sabía bien que por más que él dijera que lo quería, no estaba bien, y si quería ayudarlo, debía  alejarse de él.

—Estoy listo para dejarte ir.

Y dando un último adiós, se fue.

°°°

—Kim, es hora del almuerzo, debes salir.—La enfermera se apoyó en el umbral de la puerta y miró con pena al joven que parecía más muerto que vivo.

—No tengo hambre.

—Estás hecho un esqueleto. Llamaré a tu amigo para que venga y te obligue a comer, así que hazme caso si no quieres que haga eso.

—¿Qué amigo? —Taehyung miró confundido a la enfermera.

—Hoseok, tu amigo, el chico que siempre está gritando como loco, ¿sabes? Es molesto pero aún así es simpático y a los demás pacientes les gusta verlo hacer las tonterías que hace y...

—¿Hoseok?

La enfermera miró a Taehyung confundida.—Ok, creo que llamaré a tu doctor. —Rápidamente la enfermera se fue.

Taehyung miró la habitación y recostó su cabeza en la almohada, miró el techo y suspiró. Se sentía vacío. Sentía que algo importante había olvidado.

—De todas maneras... ¿Qué hago aquí?

Un hombre de unos 50 años ingresó a su habitación, Taehyung lo miró confundido, no reconocía ese rostro.

—Hola, Tae, ¿cómo has estado? La enfermera me ha dicho que no recuerdas a tu amigo, ¿eso es verdad?

—¿Quién es usted?