V. Galanthus Nivalis

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—¡Maldito desgraciado!
Gritó mi compañero al ver que el asesino de Alanna estuvo todo el tiempo debajo del muelle.
—Calmate Higins, lo atraparemos.
—¿Calmarme? ¡¡Lo teníamos ahí debajo todo el tiempo y no pudimos atraparlo!!
Lanzó con fuerza el vaso de café al suelo.
—Yo también estoy furica por lo sucedido, pero de nada sirve que te pongas en ese plan tan infantil.
Me siento agobiado y perdido en un laberinto sin salida Rosé.
—Igual yo Higins, pero debemos pensar con la cabeza fría.
Higins se rascó la cabeza con impotencia; la frustración puede sentirse en el aire a kilómetros.

Giramos nuestras miradas hacía la entrada del C-4, uno de los investigadores venía con una carpeta en las manos.
Miré a mi compañero un segundo y recibí el documento.
La autopsia de Alanna...
Mi compañero se giró hacia mi rápidamente, se me ha caído el documento.

—¿Rosé? ¿Porqué tienes esa cara?
Me senté de golpe en la silla.
Higins juntó las fotografías del suelo y comenzó a leer.
Se llevó una mano a la boca.
—Nos engañó...
Mi compañero me miró en cuanto pronuncié esas palabras. Proseguí.
—El muy maldito nos llevó a Gabrielle Ingham haciéndonos pensar que era Alanna...
—No Rosé, te equivocas.
Miré a mi compañero, su cara me lo dijo todo antes que sus labios.
—Nos llevó ahí para hacernos ver que las chicas no están desaparecidas...
—Estan muertas...

Sally entró a la sala de cámaras casi sin aliento.
—¿Que sucede Sally?
La tomé de una mano para darle soporte, se veía a punto de desfallecer.
—Srta. Phaseth... creo que necesita ver ésto...
Me entregó una memoria USB. Le temblaba la mano.
Mi compañero me quitó de la mano la memoria y se acercó a la recién llegada.
—¿Que es esto Sally?
—Llegué ésta mañana a las oficinas y eso estaba en mi escritorio junto con un ramo de flores. Pensé que era de mi prometido...
Se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar.
Mi compañero y yo nos miramos.

Encendimos el computador portátil y comenzó a reproducirse un video de un hermoso prado. Repentinamente cambió el escenario y vimos con horror como pasaban una a una las chicas desaparecidas.
Ese maldito enfermo nos envió un video de cómo asesinó a las chicas.
Pero... ¿quién es la última joven?

   ****

Han de estar muertos de coraje ¿Verdad pequeña?
Roce su perfecto rostro.
—Lástima que tú no podrás ver quien gana este divertido juego, Mich.
Escucharla sollozar y suplicar es la gloria.
La lancé al armario con brusquedad.
—Espero que no estés incómoda en ese pequeño, oscuro y frío armario.
—¿Porqué me hace esto? -dijo entre sollozos- yo jamás le he hecho daño a nadie...
Golpeé con fuerza el armario. Chilló.
—Haz memoria...
—¡¡Le juro que jamás le he hecho daño a nadie!!
Gritó. Odio que griten...
La jale del cabello y la golpeé contra la pared. La sangre escurría de su frente, nariz y mentón.
Antes de matarla, me retiré la máscara.
—T-tú...
—Yo.

Secrets In The Garden ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora