Debo confesarte que no sólo me has dado el mejor sexo de mi vida sino que detonas mi ansiedad en sabrosa euforia que mis pasos andan más seguros a pesar de tanta violencia en las calles debo confesarte que prefiero cambiar de ciudad, de dieta, de rutina, de costumbres y de credos antes que cambiarte a ti debo mi alegría a salir de las adversidades y las erróneas creencias pero más debo mi sonrisa a tus buenos días al calor con el que me reciben tus manos y como si bordaras un milagro entre mis pestañas así es la mirada con la que hechizado descubro que en tus malos ratos no quisiera saberme ausente debo confesarte que huir de ti no es fácil que amarte no estaba en mis planes pero es la mejor sorpresa que el riesgo de agradecer a la vida cada detalle ha podido regalarme.
No es un escrito mío (pero me fascinó).
Créditos a Quetzal Nohan.