☆The cradle of the Moon☆ H.S

VI: Malentendidos

Nos miramos perplejos por unos segundos hasta que la presión, gracias a la tripulación, me saco del trance en él que estaba.

-¿Qué haces aquí?- pregunté retomando la serenidad en mi rostro.

-Vivo aquí- respondió ella, -¿qué haces tú  aquí?-

Pensó unos minutos y antes de que yo pudiese contestarle volvió a decir:

-No me digas que eres tú el estúpido "español" que ha pensado en atacar mi isla- volteo los ojos.

Sonreí ante su gesto.

-Ohhh linda, soy inglés no un maldito español, pero sí soy el que quiere "atacar" tu isla-

-¿Oh, enserio?- dijo ella alzando una mano y haciendo un gesto para luego sin previo aviso empuñar su espada, y apuntarlo.

Mi tripulación se preparó para atacar pero mi señal los detuvo, nadie mas que yo lucharía con esta mujer.

Sin esperar mas empuñe mi espada y empezó la batalla, el acero chocaba y chirriaba al hacer contacto, era estrepitoso pero interesante de ver. <Sabe moverse> Pensé sin distraerme, y decidí decir:

-¿Porqué me dijiste aquello cuando te fuiste de Borton?, ¿qué te hizo odiarme tanto?- pregunté esquivando un ataque que ella me daba.

Salté sobre un tronco de árbol caído que estaba alli y ella imitó su acción, con un choque de las espadas dijo por la avertura que quedaba entre ellas:

-No te hagas el tonto Collins, sabes bien el porque, a no ser que no tengas una conciencia que te carcoma-  separo las espadas echándose hacía atrás, y volvió a atacar ahora con destino hacía mi abdomen. Me moví rápido y volví a esquivarlo.

<Es muy buena y tiene una técnica limpia, pero la experiencia me hace mejor solo por poco>

-Si te lo pregunto mujer es precisamente por qué no lo sé- dije yo con respiración entrecortada y lanzando la espada hacía el frente a modo de ataque.

-Ohh Collins eres un pesado- dijo tambaleándose por la potencia del choque de las espadas, sin embargo continuó:

-Él día de mi sorpresa y de nuestra despedida vi como apretujabas a otra, una fulana, entre tus brazos, inútil-

Sorprendido y comprendiendo la situación respondí con una carcajada:

-Oh Bella, me había preguntado todos estos años el por qué de tus bruscas palabras, ¿y ha sido sólo por un abrazo?- Reí más alto.

La ira se notó en la cara de aquella muchacha blanca con rápidos movimientos atacó una y otra vez.

-¿Es que eres idiota?, ¿ sabes cuanto sufrí por eso, por lo que vi?, lloré día tras día hasta quedarme sin lágrimas, ¡todo por tu culpa IDIOTA!-

El enojado ahora era yo, <¡muchacha egoísta! no pensó ni por un momento lo que sintió él>.

-¿QUÉ?- vocifere, -¿qué tú sufriste, ¿cómo piensas qué la pasé yo cuando te fuiste sin ninguna explicación después de soltarme aquellas horribles palabras?. Te aseguro que no estuve de maravilla-

Toda mi tripulación observaba, al igual que hombres que no había visto llegar. Seguí el combate. Las espadas chocaron de nuevo estrepitosamente.

-¡ERES UN IMBECIL ZACK!-, atacó con más fuerza.

-No tuviste los huevos de decirme que tenias a otra- dijo roja de la rabia.

-¡ES QUE NO HABÍA OTRA!- grite -sacaste tus propias conclusiones en vez de preguntarme-

-¿Sí?, ¿y que clase de estúpida escusa me ibas a inventar si te preguntaba?- escupió ella separándose y volviendo a golpear mi espada.

-¿ESCUSA?, ¡no te hubiese inventado nada,te hubiese dicho la verdad, te hubiese contado que aquella chica a la que abrazaba era la amiga de la que te relataba historias, aquella que perdió a sus padres antes que yo a los míos y que me había consolado y cuidado cuando éramos huérfanos ambos, te hubiese dicho que esa era ___, mi mejor amiga, mi hermana, y que la abrazaba por qué habían intentado violarla esa misma noche antes de tu llegada!- hice un movimiento y la espada de la Bella voló por los aires y cayó lejos.

-¿Qué?- dijo ella perturbada - yo... yo
... no lo sabía- tartamudeo.

-Te Hubieses tomado un momento oara preguntarme ¿qué ocurria? antes de dejarme con el corazón destrozado y de terminar de una manera horrible lo que pudo quedar como un recuerdo precioso -

-Ohh Zack, lo siento mucho... me precipite y y- dijo ella abrumada.

bajé mi espada y la guarde

-Ya, basta, eso es historia pasada, no hace falta dar explicaciones de algo que ya quedo enterrado. Tengo la respuesta a la duda que siempre me quitaba el sueño, ya  me has dado la respuesta- dije y baje del tronco ofreciéndole una mano a Bella para que bajará tomé su espada de la arena y se la pasé.

-Ahora lo que es importante, no se quien te metió la idea de que íbamos a atacar y de que eramos españoles, solo íbamos a pasar algunas semanas aquí para recomponer fuerzas, abastecer nuestros recursos y seguir nuestro viaje, los 4 hombres y las mujer ___, nuestra Capitana bajaron para asegurar la zona, no para atacar y ninguno a excepción de nuestra Capitana es de desendencia española. Así que por favor te pido que devuelvas lo que es nuestro, nos des algún mapa para encontrar otras tierras e irnos- le dije a ella que todavía no quitaba su abrumada facción.

-¿___ es vuestra Capitana?- dijo sorprendida.

-Espera no respondas a eso, en cuanto a devolver a sus hombres y a ___, claro que sí deberemos ir a hablar con mi hermano para que los suelte, en cuanto al mapa te lo daré, sin embargo esta es la única tierra que hay por estas aguas, no encontrarán ninguna a menos de 3 días de viaje, así que los invito a quedarse aquí lo que necesiten, hablare yo misma con mi hermano-

-Gracias, pero no puedo responder a tu oferta sin que ___ este, ella es la capitana y será su decisión si nos quedaremos o nos iremos- respondí yo.

Ella con un movimiento de aceptación con la cabeza se dirigió a sus hombres y les advirtió que volverían a la fortaleza, y yo por otro lado les dije lo mismo a mis hombres.

Avanzamos por la densa selva hasta llegar a una fortificación increíble digna de cualquier Lord en tiempos pasados, donde nos esperaba el hermano, deduje por su similitud, de Bella, quien al vernos frunció el ceño y se puso rígido.