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—Hace una semana que paso lo de Lucas, tienes que salir de casa Madison.

—Ya lo sé Sara, es complicado, no tengo ganas— dije mientras me tapaba la cara con la almohada ya que Sara estaba abriendo la cortina de mi habitación para dejar pasar La Luz— además ¿como entraste?

—La llave que me diste por si había alguna emergencia ¿te acuerdas de ella?

—Me arrepiento de habértela dado—dije levantándome por fin.

—Y yo me alegro de que me la dieras—dijo mientras me indicaba la puerta del baño—Ahora venga, date una ducha.

—vale voy— susurré

*  *  *

Baje las escaleras después de ducharme y vestirme y me encontre a Sara en la cocina preparando un desayuno.

—¿Que Es que no te dan de comer en casa?— Dije mientras me sentaba a su lado.

—Si, pero vuelvo a tener hambre ¿te preparo algo?

—No gracias, no voy a desayunar.— y el timbre volvió a interrumpirme— Que manía tiene la gente de interrumpirme con el timbre, además ¿quien puede ser?

—Yo Se quién es, yo lo he llamado.— hizo una pausa mientras metía el plato en el lavavajillas— Ahora yo me voy y tú hablas con el.

—Sara, no me puedo creer— me interrumpió.

—shhh, te recuerdo que lo amabas. Adiós— exclamó y se fue hacia la puerta.

—¿Que tal Diego?, yo ya me iba, adiós— escuché y sentí la puerta cerrarse.

Me quede donde estaba. Pensando en que iba a decirle. No tenía ni idea. Todavía tenía alguna bronca que echarle pero me había ayudado.

Nuestra relación era extraña, todavía no tenía claro si lo odiaba, lo amaba o lo echaba de menos.

Aun no lo habia perdonado del todo, solo por el hecho de haberme ocultado esta historia tanto tiempo, a pesar de que habia sido yo la que le habia negado la palabra todas las veces que el lo habia intentado.

Yo tenia parte de la culpa, una parte muy grande, pero me negaba a admitirlo.

Cuando lo vi asomarse por la puerta de la cocina, y apoyarse en esta, algo dentro de mi temblo.

Era mucho mas guapo de lo que nunca estaria dispuesta a admitir. En ese momento los recuerdos me volvieron a invadir, y todo lo que fuimos antes de la muerte de mi hermano me nubló la vista.

—¿que hay Mads?—añoraba que me llamase asi.

—¿como tu por aqui Xan?

—Quería saber como estabas

—¿Seguro que no fue Sara quien te llamo?-Dije soltando una leve risa para tratar de disminuir la tensión.

—Puede que lo hiciera, pero vine por voluntad propia—me sonrió dulcemente— Antes o después habría venido, me importas Mads, pero se que necesitas espacio. Te conozco bien.

—Y no te equivocas.—suspire pesadamente. Tenía muchas dudas acerca de el, de nosotros.

—Se que llevas más de una semana sin salir, así que ¿Por que no vamos a comer algo?—me miro esperanzado, pero su mirada se volvió algo triste— Se que tienes que hablar conmigo, y yo tengo que hacerlo contigo, por mucho que nos cueste, ha llegado el momento.

—Espera a que me vista— le dije a modo de respuesta y una chispa de esperanza apareció en sus ojos. —no voy lo suficientemente arreglada, iré lo más rápido que pueda—le dije y sonreí levemente.

Me sentía mal conmigo, sabia que le había hecho daño, echándole la culpa de todo lo que me había pasado. Lo amaba, antes de todo lo sucedido con mi hermano, lo amaba. Era mi pilar fundamental, me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido, emociones que no sabía que existían, con tan solo estar a mi lado. Pero cuando mi hermano se fue, todas mis emociones se fueron con el. No volví a sentir nada hasta que lo tuve delante hace poco mas de dos semanas, y lo vi sonreír. Entonces una chispa dentro de mi se encendió y me sentí viva de nuevo, después de mucho tiempo. Me hizo daño, si, pero tengo muy claro que se lo voy a perdonar, porque a él se lo debo todo.

Skittles || Lil XanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora