15

42 4 1
                                    

La luz del sol que quemaba suavemente su piel, el viento moviendo su cabello y arrastrando con él las hojas secas de los árboles, el olor de la tierra húmeda por la nieve derretida. ¿Cuándo fue la última vez que disfrutó de esas pequeñas cosas? Incluso esa vacía carretera en la que estaba parado ahora se le hacía extrañamente encantadora. Acomodó su pequeña mochila con a penas cosas dentro de ella en su hombro, y siguió caminando hacia su destino.

Los últimos días habían sido por decirlo menos, estresantes. Desde la visita de ese maldito pelirrojo arrogante y del otro imbécil que ni siquiera quería mencionar, sentía que su plan de años de preparación comenzaba a flaquear, pero no dejaría que todo se fuera a la borda, no después de todo lo que tuvo que hacer. Utilizó todos los medios que tenía a su alcance desde esa celda apestosa, demostrar su dominio, pelear con pandillas, hacer contactos dentro y fuera del recinto, limpiar sus huellas, pero parece que no fue muy bueno en lo último.

Después de varias horas de caminar, por fin había llegado al pueblo, nada había cambiado desde la última vez que lo vio, eso lo hizo reír por alguna razón. Cuando dijo que ya había preparado todo, se refería a todo, tenía un lugar donde quedarse con lo necesario para vivir, cosa que no es fácil conseguir cuando estuviste en prisión dos veces. Pero ahí estaba él, completamente cómodo en su nuevo departamento, con vista a la casa de cierto chico adicto al café.

Dentro de unos días sucedería la última fase de su plan, y no podía estar más feliz al respecto. Tenía tiempo para asegurarse de que todo saliera como deseaba y para descansar un poco, el futuro sería ajetreado. Al día siguiente salió de su hogar para comprar algo de comer y llenar ese vacío refrigerador. Salió de la tienda con un par de bolsas de plástico en las manos, su mirada recorría el paisaje frente a él, cuando se fijó en un poste lleno de anuncios, pero se enfocó en uno en específico.

Persona peligrosa. Tome sus precauciones, si lo ve, llame al siguiente número.

Un cartel con su cara. Qué divertido. Parece que su presencia fuera de prisión realmente asustó a los perdedores que lo visitaron, pero un estúpido papel no lo iba a acobardar.

°°°

No había vuelto a hablar con Kyle desde el día que le advirtió de Trent, parecía tener un aspecto desaliñado y actuaba de forma paranoica. Entendía el miedo que pudiera tenerle al chico que prometió se vengaría de él por llevarlo a la cárcel, pero él seguía encerrado, ¿De dónde venía el terror? Eso se preguntaba, pero tampoco estaba en la posición correcta para comentar sobre eso. Lo decía porque él mismo había estado sintiendo que alguien lo había estado siguiendo desde hace un par de días, incluso sus vecinos mencionaron que un auto siempre se quedaba estacionado fuera durante la noche. Sus amigas parecieron darse cuenta de que sus tics nerviosos volvieron debido a toda la situación, pero lo asumieron a la supuesta traición de Kyle, así que lo han estado distrayendo, saliendo a comer o dar pases por los parques, a veces también las acompaña al centro comercial, pero no le gusta por la cantidad de gente que hay en esos sitios, por eso mismo, les dijo que esa tarde prefería regresar a casa solo.

Fue a dejar algunos de sus libros en su casillero, cuando notó un papel que no reconoció. Era una nota que decía: Nos vemos detrás del viejo casino abandonado. No llegues tarde.

¿Casino? Es un extraño lugar para reunirse, no debería ir, sobre todo con la advertencia que le hizo Kyle. Por otro lado, podría tratarse de Pete, tal vez quiera llevarlo a una de sus expediciones nocturnas con sus amigos. O podría ser Kyle y que por fin va a responder sus preguntas, pero necesita que sea en un lugar privado. Incluso podría tratarse de... Craig... ¡No! No debe pensar en eso, no, no y no. No vería a Craig a solas nunca más, tenía que ser firme a su decisión, por más tentadora que suene la tonta ilusión de que lo llame a un lugar apartado para suplicarle de rodillas perdón. Sí, es ridículo.

¿Qué Te Sucede?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora