Apolo & Reyna (Apoleyna) One•Shots

T R E S

-Ningún semidiós será capaz de curar tú corazón, ningún semidiós será capaz de curar tú corazón.

Una solo frase se repetía en mi cabeza, miles y miles de veces. Sudor recorría desde mi frente hasta mi cuello. Con un nuevo mandoble acabe con la vida de un muñeco de paja que yacía ahora tirado en el suelo.

¿Cómo era posible que siguiera afectandome tanto?

Fui a tomar una ducha rápidamente y me reuní con Frank a las orillas del Tiber.

-¿Qué crees que este pasando en el Olimpo? - Negué con la cabeza, no tenía ni la menor idea. Las líneas de comunicación seguían sin funcionar y estábamos totalmente fuera de comunicación con el exterior.

-¿Qué crees que haya pasado con Apolo?
-Qué Pitón haya tomado la cueva del Oráculo de Delfos fue muy malo para Apolo. Debe estar castigado o no lo sé. Tal vez pudo arreglar las cosas con Júpiter... O tal vez no. - Admiti.

Frank miró el cielo como usualmente lo hacía esperando ver a nuestro amigo, Leo Valdez. Pero como siempre, no había rastro de él.

-Creo que estar sin profecías que amenacen nuestras vidas es mejor ¿no?- Preguntó Frank mirándome serio, esperando una respuesta tranquilizadora pero no la tenía.
-En realidad, preferiría tener de vuelta las profecías. Me asusta más estar sin ellas.

Frank asintió pensativo. ¿El sabría algo, por eso tantas preguntas? Cuando iba a comentarle sobre aquello un gran dragón de bronce celestial aterrizó en el Campamento. Ambos nos miramos y corrimos para ver que sucedía.

Descendiendo del dragón se encontraba una persona: Leo Valdez. Cuando llegamos junto a su lado, Frank estaba sonriente y lo abrazo como un enorme oso y luego lo golpeó.

-Yo también me alegro de verte hombre animal- Dijo mientras se tocaba el rostro. De pronto me miró y me abrazo, correspondí.

-Leo, bienvenido, prepararemos un gran banquete para...
-En otras situaciones me hubiese alegrado por el banquete pero no ahora.

Frank se tenso a mi lado y lo mire con el ceño fruncido.

-Entonces ¿es cierto?
-¿Qué es cierto?- Pregunté.
-¿No has tenido sueños Reyna?- Me respondió Frank. La verdad era que no. Cada día agradecía por no tenerlos y llevar una vida un poco tranquila.

-No ¿Qué sucede?

Leo tomó un gran respiro y comenzó a hablar.

-Resumiendo todo, Apolo esta castigado por sus actos, es ahora un mortal y está tratando de liberar a los Oráculos ancestrales y derrocar al Triunvirato además de recuperar Delfos y tal vez cuando lo liberé, regresar al Olimpo. Tarea fácil, eh.

Me quedé sin palabras. ¿Qué se supone que debería decir en esta situación? ¿Qué era el Triunvirato en primer lugar?

-Pero lo que realmente importa Reyna es que el Campamento Júpiter esta en peligro. Y según la profecía en Indianapolis, Apolo y Meg vendrán al Campamento cuando acaben con el laberinto ardiente.