Señorita Cabello

Un nuevo dolor

Fue fácil caer en la rutina. Camila estaba segura de eso.Todos los días, ella hacía tareas ligeras por la mañana, leía libros sobre el embarazo al mediodía, clases de yoga por la tarde y el drama de "jódete-sucia-zorra-asquerosa" de Lauren por la tarde cuando volvía a casa del trabajo. Fue una carga al principio. Lauren había arrojado una considerable cantidad de peso sobre sus hombros. Equipaje emocional, pero Camila pensó que era lo mejor. El odio era el mecanismo de defensa de Lauren. Una pared que le impide caer en el abismo desconocido. Entonces Camila lo tomó todo.Ella entendió a Lauren demasiado bien. Quitando el muro de odio, era una mujer que cuestionaba el trato injusto de su marido. Camila nunca podría devolverle el odio a Lauren. El odio era demasiado fácil, el perdón, el amor y la comprensión requerían coraje. Ella podría fácilmente quitarle el odio a Lauren contándolo todo, pero se vería obligada a lidiar con el dolor. Ella no quería eso. Su dolor era propio, nunca podría otorgar eso a una esposa viuda.

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"No creo que esto encaje bien. Está suelto en esta área, Mani". Camila estaba parada frente a un espejo, sosteniendo el vestido que Normani le había comprado. Señaló su vientre, creciendo durante los últimos cinco meses.

"Lo hará pronto, Mila" Normani dijo emocionada. Ella y Normani definitivamente encontraron un terreno común en asuntos de maternidad y embarazo. Camila estaba contenta de que una parte de su tiempo fuera asignada para Normani. Otra cosa era el apodo que le dio, 'Mila'. A Camila le encantó.

Eventualmente terminaron comprando más ropa que el vestido que Normani le prometió. También compró almohadas y colchones para mayor comodidad. El corazón de Camila se calentó. Tal vez quedarse con Lauren en Nueva York no era del todo un infierno, después de todo.

"¿Cuándo vas al médico para saber el sexo?" Ella y Normani estaban tomando un almuerzo. Camila colocó un poco de salsa en su ensalada, comiendo la lechuga perdida en la esquina de su plato.

"La próxima semana."

Ally la llamó anoche y le informó que el sexo del bebé ya es reconocible en esta etapa del embarazo. Ambas programaron una cita inmediatamente la semana siguiente. Camila estaba más que eufórica por conocer el género.

"¡No puedo esperar!" Normani aplaudió. "Lloré en el momento en que supe que nuestro bebé es un niño". Ella acarició su vientre, mirándolo con amor.

Camila se rió. "Me lo puedo imaginar."

Normani miró su reloj y sus ojos se abrieron de par en par. "¡Oh! ¡Casi me olvido de que debo visitar a mi mejor amiga en su oficina!" Terminó su comida de inmediato y se puso de pie, llevándose a Camila con ella. "¿Por qué no vienes conmigo? Me entristece dejarte sola en tu casa".

"¿Estás segura? No quiero ser una molestia".

"¡Tonterías! ¡Es la mujer más dulce que he conocido!"

"¿Cual es su nombre?" Preguntó Camila en voz baja, sosteniendo el cabestrillo de su bolso mientras caminaba hacia el auto. Antes de entrar en el asiento del pasajero en el lado opuesto del vehículo, Normani mostró su brillante sonrisa.

"Lauren". 

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Camila no había conocido la verdadera definición de incómodo hasta el momento en que entró en la oficina de Lauren. La mujer pálida llevaba sus gafas, el pelo recogido en una coleta alta y su atuendo de negocios, ordenado y en forma en su cuerpo. Camila nunca le había confesado a nadie, pero Lauren se veía hermosa. En ese espacio de tiempo, Camila se tomó su tiempo para observar a Lauren. La forma en que volvería a poner sus gafas en su posición correcta siempre que cayeran por su nariz. La forma en que se metía los mechones de pelo suelto en la parte posterior de la oreja. La forma en que sus dedos se movían sobre la mesa después de que ella escribiera algo. La forma en que su pecho subía y bajaba después de exhalar. En otra vida, Camila soñó que no era la amante, y Lauren no era la esposa, ¿qué pasaría entonces? Si ella no le hubiera ocultado la verdad a Lauren, tal vez, podrían caer ... no, Camila sacudió los pensamientos. Lauren la odiaba. Eso era lo correcto.