El pelinegro se encontraba caminando por un frondoso bosque, el aire olía a libertad, felicidad y amor. Su alma se sentía completa, liviana y real. Miro al despejado cielo sobre su cabeza y sonrió, llevaba meses sin sentirse tan vivo. Camino hacia el sonido del agua, estaba seguro encontraría una hermosa cascada, alta, blanca e imponente.
Cuando llegó a la cristalina agua, percibió un aroma cítrico y agradable que lo envolvía todo, sintiéndose liviano se acercó al agua, llevándose una gran sorpresa al no ver su reflejo, sino a dos pequeños niños con exactamente los mismos tatuajes que el caminando de la mano de un monje. Los tres infantes se veían sonrientes y felices llenos de vida, fascinándolo con aquella imagen.
— Él te quiere contar su historia — afirmó una voz a su espalda. Jimin pegó un pequeño saltito del susto encontrándose con un monje adulto que se veía sonriente y tranquilo. — Si te sumerges en el agua lo podrás ver mejor — aseguró el hombre dándole un pequeño empujón.
El pelinegro cayó en el arroyo, apareciendo de repente en una pequeña aldea. Observando las rústicas viviendas a su alrededor y a los monjes caminando de un lado para otro, el era absolutamente invisible a aquel ambiente pero sentía como si se encontrara allí.
"Mucho antes de los tiempos humanos, existía una pacífica raza en la tierra. Eran hombres y mujeres que habitaban el lugar en armonía con la naturaleza, estableciendo amistades profundas con los animales y una conexión con la madre tierra. Esta raza tenía la costumbre de aprovechar todos los recursos que el planeta le proporcionaba, usando mezclas con características únicas, para curar enfermedades, desaparecer objetos y alimentarse. Un día algunos habitantes de aquella tribu decidieron emigrar, vagar por el planeta, descubriendo que otras bondades podría ofrecerles.
Después de largos meses de caminata, aprendiendo y conociendo más de la madre tierra, se encontraron con otra raza de seres, muy parecidos a ellos, pero definitivamente, no iguales, con el tiempo aprendieron que esta raza era frágil y sensible, vivían pocos años comparados con su larga existencia. Con el pasar de los siglos establecieron un hogar, de la mano de los humanos conviviendo todos en armonía.
Un tarde cualquiera de la raza humana nació un descendiente de los "monjes" desconcertando a toda la aldea y dejando una duda colectiva. ¿Venían los monjes de los humanos o venían los humanos de los monjes? Sin mucha dificultad, los monjes adoptaron al pequeño niño, para educarlo en las artes naturales, alejado de las conductas humanas. Aún así , el infante insistía en involucrarse con ellos e incluso tratar de enseñarles la magia de la tierra.
En su cumpleaños número diez , se decidió realizar un festejo, algo que involucrara a todas las razas y los integrara por tan solo una noche. Mientras la celebración se llevaba a cabo, una desgracia ocurrió. Los templos de los monjes fueron destruidos y los ancianos de varios siglos que se encontraban descansando en las casas fueron asesinados. Los monjes vivían al menos 500 años humanos, por lo que soló podían concebir una vez cada siglo.
Espantados por la masacre todos se refugiaron con los humanos, que fueron atacados al día siguiente. Las dos aldeas exterminadas, sin tener el poder de defenderse. Semanas después la última tribu de monjes llegó al lugar, pues sabían que una amenaza había surgido, diezmando su población hasta quedar tan solo una familia de cinco. Caminaron entre los escombros, sintiendo la desolación y el desgarrador dolor de la pérdida. Cuando toda la esperanza se había esfumado encontraron tres pequeños, dos humanos infinitamente valientes habían protegido al último monje de la aldea resguardándole entre sus brazos, formando un escudo.
La felicidad invadió a los monjes, que se vieron reflejados con esperanza en el pequeño niño. Como regalo por el sacrificio ofrecieron tatuajes sanadores a aquellos protectores, que de no ser encontrados habrían muerto, salvando la vida del último descendiente."
Jimin sintió como el aire escapaba de sus pulmones, ¿Cuánto tiempo llevaba en agua?, se despertó de golpe tomando una profunda respiración viendo los gatunos ojos de Yoongi observándolo con preocupación. Estaba justo al lado del muro donde cayó dormido hace unas horas.
— Pensé que no regresarías — habló el peliblanco con algo de alivio — Llevas tres días aquí acostado al lado del muro, el tebaki dijo que no tratara de despertarte. Que necesitabas descansar un poco y estarías mejor.
Jimin lo miró con una mueca en su rostro — ¿Tebaki?
El mayor sonrió al ver la ignorancia en aquellos ojos castaños — Tengo una historia que contarte — Aseguró, ofreciéndole una mano para que se levantara.
Mis amados lectores, espero estén bien. Les envío un montón de fuerza y felicidad. Espero llenen su vida de cosas bonitas. Un abrazo, rían sin moderación y nos leemos pronto. (^3^)
ESTÁS LEYENDO
El chico del tatuaje «Yoonmin»
Fanfiction« Donde Jimin esta muriendo cada vez que algún tatuaje de su cuerpo desaparece. ¿Podrá sobrevivir a la tinta? Enamorarse tiene un precio que todos deben pagar. » - Yoonmin Prohibida su copia o adaptación Capítulos variables (300 - 2000) ...