Muchas cosas habían pasado en el último mes, pero el acontecimiento que tenía lugar aquella mañana, se había ganado un espacio en el grande y moribundo corazón de Jimin. Todos se encontraban en el departamento, después de haber regresado de forma urgente por circunstancias más que obvias. Se sentía un aura pesada y lúgubre, como si la conciencia y la presciencia de la no anhelada muerte les helara los huesos y les hundiese el corazón.
Como era de esperarse Yoongi había desaparecido, se había esfumado desde el día en que el menor dejó su departamento, sin rastro alguno de regresar. Jungkook estaba molesto porque al fin y al cabo era su único hermano y se sentía aún peor por la inminente muerte de Jimin.
Los pequeños deditos del tebaki envolvieron la regordeta manita del mayor, sacándole una lastimera sonrisa.
— ¡Es hora hyung! ¡Por fin regresaré a casa! — anunció feliz, ajeno a todo el dolor a su alrededor. Con devoción y amor el pelinegro había cuidado al pequeño, que había sido arrebatado de su familia a corta edad. Fue una proeza encontrar a sus padres e incluso su afligido corazón se emocionó al saber que ellos también lo estaban buscando.
— Ve con kookie — le ordenó con dulzura — Ya te alcanzo.
El menor dio un brinco de felicidad mientras abandonaba la habitación, dejando a Jimin hundirse en su miseria. Pasó varios minutos frente al gran espejo suspirando y recorriendo con su regordete dedo pulgar lleno de anillos, la insignificante mancha de tinta. No podía evitar sentir que le quedaban tan solo unas horas de vida y que a pesar de haber vencido a la muerte dos veces, esta por fin le estaba pasando factura. Salió del cuarto encontrándose con cinco pares de ojos que trataban de darse ánimos entre sí con tal de no desfallecer.
— Los padres del niño llegaron hace poco, ya tengo la dirección — afirmó Jungkook con tono triste, acariciando la castaña cabellera del pequeño, que se había ganado sus corazones con su alegría y gratitud, alivianando la carga que todos sentían sobre sus hombros.
— No se preocupe hyung yo lo vendré a visitar. Igual que a todos los hyungs, en especial a Jimin hyung y a Jin hyung que cuidaron más de mí, yo los quiero mucho — aseguró con una sonrisa.
El pelinegro se agachó y le abrazó con fuerza, dejando escapar algunas lágrimas y sorprendiendo a los presentes, que tenían el corazón en la mano, intentando no llorar.
Partieron juntos del departamento de Taehyung, caminando como un pequeño grupo de amigos. Después de tan solo unas cuadras observaron a una joven pareja andando deprisa y gritando a todo pulmón por el pequeño que soltó a Jimin y salió corriendo hacia sus padres. Todos sonrieron enternecidos por la imagen de las piernitas saltando sobre un gran y extendido abrazo.
— Lo has hecho bien — afirmó Namjoon a la espalda de Jimin dándole un pequeño apretón en el hombro. Era un toque inusual pero reconfortante, al menos su muerte había valido la pena.
✈
Luego de almorzar en uno de los restaurantes favoritos de Jimin para celebrar que el pequeño regresó con su familia emprendieron el camino a casa. El ya no tatuado pelinegro caminaba entre Taehyung y Jungkook siendo fuertemente abrazado por estos, riendo por el último chiste de abuelo de Jin.
¿Qué haría sin ellos en mi mi vida? pensó
En un instante, se sintió mareado y se detuvo, su corazón palpitaba con fuerza, sus ojos se abrieron como platos al ver el retazo de tinta brillar sobre su pecho. Cayó al suelo, sintiendo el mundo desvanecerse con todos gritando a su alrededor, llamándole, tal vez buscando una ambulancia o pidiendo auxilio en medio del pánico. Sabía que era su último aliento y aún así cerró los ojos, regalándole su última sonrisa a una felina mirada que lo había enamorado hasta la muerte.
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El chico del tatuaje «Yoonmin»
Fanfiction« Donde Jimin esta muriendo cada vez que algún tatuaje de su cuerpo desaparece. ¿Podrá sobrevivir a la tinta? Enamorarse tiene un precio que todos deben pagar. » - Yoonmin Prohibida su copia o adaptación Capítulos variables (300 - 2000) ...