Luego del helado volvieron a casa, los niños subieron corriendo las escaleras, dejando a Sarah en la sala nerviosa, debía enfrentar a Pennywise. Probablemente estaría furioso por lo que hizo, prácticamente lo estaba engañando, pero... ellos no eran novios, él no tenía nada que reclamar porque seguían siendo amigos en teoría.
Subió las escaleras disimulando el temor. «Arruinó la reputación de mi madre, ¿qué me puede llegar a hacer a mí?».
Ya frente a su habitación, abrió la puerta con delicadeza, observando con cuidado cada detalle del cuarto en busca de Pennywise.-¿Honey Pie?-preguntó dudosa.
Pero no obtuvo respuesta alguna, ni tampoco señal de que él estuviera o haya estado allí.
-¿Te pasa algo, Sarah?
La rubia dio un leve salto al escuchar eso. Se dio vuelta, viendo que la dueña de la voz era Beverly Marsh, con su cabello pelirrojo y sus tiernos ojos celestes.
Sarah suspiró con tranquilidad y le sonrió.-No, nada, es que... -pensó en una excusa-¿prometes guardar un secreto?-la miró con calidez.
-Claro-contestó Bev, no mentía.
Sarah se acercó un poco y dijo en voz baja.
-Me da algo de miedo a veces abrir la puerta de mi habitación sabiendo que está todo oscuro. Siento que algo va a saltar sobre mí-explicó.
Bev la miró con felicidad y ternura, feliz de que una chica la tratara bien y no como una zorra.
-Me parece totalmente coherente-acotó la pelirroja-, pero tranquila, guardaré tu secreto.
-Gracias.
Sin más Beverly continuó con su camino y Sarah entró a su cuarto, pero ambas cruzaron miradas de ternura mutua antes de dejar de verse.
Eso le había llamado un poco la atención a la rubia, pero antes de poder conectar cosas o hacer conclusiones, la tomaron del brazo y la estamparon contra la puerta.
Asustasada, levantó la mirada para terminar de comprender lo que pasaba. Lo primero que vio fue la fuerte anatomía de un hombre, y al llegar a su rostro se topó con los penetrantes ojos de Jason, con la gran y grave diferencia de que eran rojos, no azules.
Su gran anatomía se veía imponente, haciendola sentir diminuta. Podía oler su extraño aroma, que era perturbadoramente adictivo.-Escuchame bien, pastelito-dijo Jace entre dientes-, lo que hiciste hoy... -hizo una pausa y undió su rostro en el cuello de Sarah, tomó unos mechones de cabello y aspiró profundamente su olor. Era dulce, natural, la descripción de pureza e inocencia según Pennywise. Eso hizo que la chica se estremezca-, como no hubo contacto físico extremo, puedo ignorarlo, pero aclaro que tienes dueño y-se apartó de su cuello y sonrió-si decides traicionarme-canturreó- solo con sangre lo pagarás- su voz se había vuelto gruesa, cínica, aterradora, amenazadora.
Sarah lo miró con frialdad, analizaba cada palabra que él decía.
-Disculpa, pero no soy un objeto y no eres más que mi amigo... -sonrió levemente- imaginario, me rehuso a creer que existes, no eres más que una ilusión que creó mi cabeza para cumplir las expectativas de mi madre o desahogarme por sus exigencias absurdas-dio un paso adelante, mirándolo con osadía, haciendo sentir a Eso más que feliz y satisfecho por haberla hecho reaccionar así-. No eres real, Honey Pie.
Ni bien terminó de pronunciar la palabra Pie él la tomó de la cintura con ferocidad y la asotó contra la puerta nuevamente, sin hacerle daño, pero de forma posesiva y con gran demanda pasional.
Su mano quedó en su cuello, el cual entraba perfectamente en esta. Con sus dedos acarició la tersa piel de Sarah, ella observó cada movimiento que Jace hacía sobre su cuerpo. Por alguna razón no tenía miedo y no era precisamente por, como dijo antes, "No eres real, Honey Pie", eso era lo que Sarah creía, pero no la oscura y sádica verdad. La verdad era que le gustaba la situación, que le hervía la sangre el hecho de que el la tocara y mirara de esa manera, su mayor fetiche era lo posesivo que era y sería próximamente.-Eres tan hermosa cuando me desafías-dio un leve apretón al cuello de Sarah, la cual soltó un quejido por la sorpresa, llenandolo de satisfacción- y me agrada, pero... te voy a preguntar algo ¿la manera en que te toqué la otra noche te pareció irreal?-ella se tensó-¿acaso tu ropa interior se mojó sola?-su agarré fue un poco más fuerte, no la dañaba, pero lograba los nervios de la rubia.
-Suelta...
Los ojos de Jace se volvieron azul oscuro y se acercó con rapidez al rosto de su Pastelito para quedar a medio centímetro de sus labios rosados.
-Sabemos que no quieres eso, muñeca y ese niño jamás te va a saciar como yo lo hago-sonrió con soberbia- en todos los sentidos.
Sarah cerró los ojos, pensando «no existe, su tacto tampoco, deja de imaginar cosas que son imposibles, un hombre como él jamás se fijaría en alguien como yo, es sólo la forma que mi mente adoptó para evadir a mi madre». Entonces el tacto de Honey Pie despareció y ya no sintió su cercanía.
Abrió los ojos... y él ya no estaba. Y, por más que no se diera cuenta, su corazón había rogado que Honey Pie aún estuviera allí al volver a mirar en su dirección.
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React; [Pennywise/Bill Skarsgård]
Fanfiction𝙽𝚘 𝚜𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘𝚜 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚒𝚗𝚊𝚛𝚒𝚘𝚜 𝚜𝚘𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎. 𝚂𝚊𝚛𝚊𝚑 𝚍𝚎𝚜𝚌𝚞𝚋𝚛𝚒𝚘́ 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚖𝚞𝚢 𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚎𝚜𝚘... ¿𝗤𝘂𝗲́ 𝗲𝘀𝘁𝗮́𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼? ¡𝗥𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮, 𝗦𝗮𝗿𝗮𝗵!