-¡Oye, mojigata!-Belch Huggins gritaba desde la otra calle a Sarah.
Al verlo, la chica comenzó a caminar aún más rápido. Aquel "gordo repugnante" (como ella solía llamarlo) se pasaba los días acosandola, la seguía a su casa, en la escuela y cuando estaba sola le coqueteaba o trataba de tocarla, pero siempre pasaba algo y no sucedía.
-¡¿A dónde vas tan rápido, Uris?!
Sus pasos se escuchaban más cerca y eso la ponía aún más nerviosa.
«¿qué hago? ¿corro, grito? estás llegando a la esquina de tu casa, Sarah, tranquila»
Apresuró el paso, el corazón le latía con fuerza, con mucha fuerza, sentía que se le salía. Tenía miedo, como siempre ante ese tipo de situaciones.
A veces el coraje de no defenderse ante los abusos de aquel grasoso chico le hacían arder el pecho. Pero las contenía recordando las palabras de su madre...«una chica buena nunca responde, cierra la boca y baja la cabeza, no contesta»
Sarah era huérfana, adoptada por la familia Uris de bebé, en esa época la señora Uris no había tenido suerte de embarazarse y creyeron que nunca podría, por lo tanto decidieron ir a un orfanato en Portland y allí encontraron a Sarah.
Años después el matrimonio se encontró con la sorpresa de que la madre de la familia estaba embarazada de Stan. Pero no crean que por eso Sarah fue dejada de lado, no, claro que no.
Los Uris podían ser la familia más mente cerrada del pueblo, pero querían a sus hijos, lo malo era que algo les jugó en contra...no darse cuenta de que Sarah no tenía su misma sangre y en cuanto tuviera un
respiro de libertad no dudaría en olvidarse de ellos a cambio de abandonar la represión.-Te estoy hablando-justo frente a la puerta de su hogar Belch la alcanzó y la tomó de la muñeca con fuerza obligándola a voltear.
Los ojos de Sarah lo miraron con terror y absoluta sumisión indeseada.
Las constantes exigencias de su madre para ser perfecta la habían llevado a aceptar psicológicamente que podría ser violada y una chica buena no debía impedirlo porque la mujer era propiedad del hombre. Pero eso era lo que quería la iglesia, ¿Sarah también lo querría?-Su-Sueltame-tartamudeó.
Odiaba hacerlo, se sentía más débil de lo que ya era.
Repito que estaba en la puerta de su casa, y es válido agregar que el amigo imaginario (no tan imaginario) de Sarah los observaba con molestia.
Pennywise o Honey Pie, que era como la rubia lo llamaba, obligó a Belch Huggins a levantar la cabeza hacía la ventana donde el ser estaba parado observando.
Los ojos de Belch se abrieron con amplitud al hacer contacto con los rojos del payaso, este tenía la boca ensangrentada y lo miraba de forma macabra.
Fue tan fuerte el susto que el grasiento cayó al suelo, sorprendiendo a Sarah.-¿Belch, estás bien?-Sarah trató de acercarse.
Pero Belch negó con la cabeza, se puso de pie y se fue corriendo.
Sarah, bastante desconcertada, abrió la puerta de su casa y entró. Se fijó que no hubiera nadie y luego de tomar una manzana subió a su cuarto. Cerró con llave y se dio la vuelta con una sonrisa al ver a su amigo.-¡Hola, Honey Pie!
El payaso parado en la ventana se volteó a mirarla con una amplia sonrisa que para muchos era macabra pero a Sarah la veía normal.
-Hola, Sarah, ¿cómo te fue en la escuela?
Sarah dejó caer la mochila al suelo y de un salto estaba sentada a modo indio en la cama dándole el primer mordisco a su manzana.
-Como siempre, soy la mojigata inexistente-sonrió con tristeza.
Sin duda a Pennywise le molestaba ver sufrir a su adorable Sarah y si fuese por él ya estarían todos los adolescentes de la escuela muertos, pero sería notorio si a ella no la mataba.
-Creo que mi único amigo eres tú, Pie-se recostó en la cama y volvió a morder la fruta-, y lo peor es que eres imaginario.
Luego de tragar el trozo de manzana, Sarah se acomodó en la cama y se quedó dormida, pero Pennywise seguía allí mirando por la ventana.
-No soy tan imaginario como crees, mi tierna Sarah.
Entonces se acercó a la cama, cobró forma humana y se acostó a un lado de la rubia abrazándola por la cintura.
-No soy imaginario, pastelito y pronto lo sabrás.
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React; [Pennywise/Bill Skarsgård]
Fanfiction𝙽𝚘 𝚜𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘𝚜 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚒𝚗𝚊𝚛𝚒𝚘𝚜 𝚜𝚘𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎. 𝚂𝚊𝚛𝚊𝚑 𝚍𝚎𝚜𝚌𝚞𝚋𝚛𝚒𝚘́ 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚖𝚞𝚢 𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚎𝚜𝚘... ¿𝗤𝘂𝗲́ 𝗲𝘀𝘁𝗮́𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼? ¡𝗥𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮, 𝗦𝗮𝗿𝗮𝗵!