Manigoldo X Shion

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No le parecía mala idea aburrirse, como aconsejara Kardia, y nada podía ser mas aburrido que estar guardando el templo.

Miraba las nubes pasar tendido sobre el dintel cuando la sintió. La típica mirada ronroneante de Shion.

-Primo – lo saludo, incorporándose.

Olia como el demonio, una de las tres bombas, la detonante. Su fragancia era realmente exquisita, y como no, si provenía de las otras dos...

-Tengo miedo de estar embarazado.

Casi se atraganto con la saliva que había sobreproducido.

-Vayamos adentro. – dijo cuando termino de toser - ¿Has sentido otro cosmos en ti? – le dijo, cuando estuvieron en la casa de Cáncer, que conservaba la decoración hecha por Sage.

-No lo creo... pero estoy muy nervioso.

Y asustado, por supuesto. No era mas que una turra de aparentes dieciséis años, consentida y algo inmadura para su aparente edad.

-Quitate la armadura.

Solo llevaba unos mallones bajo esta. Se llego a el y le toco la pancita, blanca. Tan cerca de el era intoxicado por su aroma, si no estuviera acostumbrado a resistir venenos. Paso su mano firme pero delicadamente por toda la curvita inferior de su vientre, una y otra vez, ejerciendo mas presión en la segunda pasada.

Se inclino para repegar la oreja. Sonaba como la feliz digestión de veinte empanadas. Sintio ganas de lamerle el bajo vientre, pero eso no era para nada una prueba.

-Yo tampoco siento otro cosmos... aunque claro, podría ser un niño no seinto, aunque es poco probable... es del chino, ¿verdad?

Shion asintió, demasiado asustado para defenderlo y decirle que su nombre era Dohko.

-¿Cómo pudo pasarte algo asi?

Obviamente, no preguntaba el como sino el porque. Como lemuriana, Shion podía decidir cuando reproducirse, con su pura voluntad, sin tener que usar el cosmos como los seintos turras y seintas.

-Lo desee... como un tonto. Estabamos coshando tan rico y lo quiero tanto...

Todos sabían que el chino soñaba con tener una familia numerosa. Con Shion.

Pero seria un gran problema iniciarla ahora, por la guerra santa que se avecinaba y por las dos madres sobreprotectoras. Ademas, Shion mismo se sentia demasiado joven para tener hijos.

-Ay, cariño... - Manigoldo lo abrazo, en un gesto fraternal que habia tenido para con el muchas veces, pero que ahora...

El abrazo se prolongaba y no podía dejar de ver como las tetitas de Shion se aplastaban contra su armadura.

Paso las manos por debajo de su cabello verde limón, verde limón claro. Su piel era tan suave y debajo del cabello tenia tales pompotas... el corazón era visible desde ese ángulo, haciendole sentir ternura en el propio. Alzo la cara y la boca petera estuvo tan cerca, entreabierta.

-Manigoldo, tienes una erección.

-Todos la tenemos. – gruño, separándose – Por culpa de esta jodida tormenta que han desatado tú y nuestras madres.

-¿Crees que no debería coshar con Dohko? Ya le dije en la mañana que no...

-No tiene sentido... - ¡Si! Que se fuera con el chino. ¡No! Ese chino no se lo merecía – si el daño ya esta hecho fornicar ahora no te hara un nuevo bebe. Con un poco de suerte. ¿Cuánto crees tener de embarazado?

Hormona exclamationWhere stories live. Discover now