-Vayamos a otra dimensión. A una mas comoda.
Aspros lo invitaba a pasar y el asintió. Deuteros le habia llevado la comida, y ambos tardaron un poco mas en pasar. La dimensión era la habitación de un castillo. Se veía un poco lóbrega, con sus paredes de piedra de distintos tamaños y sus hachones que no alcanzaban a dar luz a tanta oscuridad.
-He puesto sellos a esta habitación para que nadie que no sea yo pueda usar su cosmos.
En realidad, habia enviado su cosmos a otra dimensión al hacerlo pasar entre ellas.
Albafica lo miro, extrañado. Sentia pesada su armadura y tuvo que apoyarse del dosel de la cama.
-¿Para que has hecho eso? – sus inocentes ojos azules, desconfiados, lo excitaban.
-Para evitar enfrentamientos inútiles. – se le acerco para quitarle un guantelete de la armadura.
-¡No me toques!
-A eso me referia. – dijo, dijo, quitándose la armadura y quedando en camisa de volantes, pantalones muy ceñidos y botas altas.
Deuteros, en su ropa humilde, permanecia detrás de el, cabizbajo.
Su armadura le pesaba mucho, por lo que tuvo que sentarse. Vio a Aspros servirse una copa y degustarla. El vino parecía sangre.
-Quiero regresar al santuario. – declaro.
-Bueno, eso los volveria dos favores.
-¿Qué?
-Los que me debes. Uno por la ida y otro por la vuelta.
-De haber sabido que te molestaba tanto, jamas te los habría pedido. – azoto sus cabellos orgulloso.
-Pero lo hiciste. – sonrio mostrando sus dientes blancos – Ademas, tampoco voy a pedirte gran cosa. Solo que seas cariñoso con Deuteros y conmigo, porque estamos un poco... necesitados.
Albafica sentía crecer el terror en su armadura pesada.
-Estas loco. Yo soy venenoso.
-Eso tampoco es un problema, ¿verdad Deuteros?
Deuteros negó.
-Deuteros... - lo llamo Albafica, pero del joven solitario y comedido solo quedaba un muñeco.
-Deuteros hara lo que yo le diga. – declaro, abrazandolo de costado y lamiendo su mejilla – Asi como deberías hacerlo tu. Asi que obedece y lo pasaremos muy bien los tres.
-¡No!
Aspros se encogio de hombros.
-En ese caso, solo lo pasaremos bien los dos. - Le quito la armadura con el poder de su cosmos y Albafica grito, cubriéndose aunque estaba vestido. Ropa sencilla, como la de Deuteros, al estilo griego; una túnica larga para las turras y unos mallones. – Deuteros, agarralo. – ordeno cuando intento escapar.
-¡No! ¡No! ¡Te hare daño! Incluso si me has despojado de mi cosmos mi sangre es veneno...
Deuteros ya se lo presentaba, sostenido por los brazos, su espalda contra su pecho y una de sus piernas atrapada.
-Ya te dije que eso no es problema. – le paso la copa por la mejilla. La del lunar. Luego intento besarlo pero le dio un cabezazo. – Esto va a ser mas divertido de lo que crei. Sujetalo bien.
Deuteros sufria, pero vivía para obedecer a su hermano mayor. Para complacerlo.
-No nos haras ningun daño. – aseguro a Albafica, que jadeaba aterrada, sentía latir su pequeño corazón incluso a través de su espalda. – Es una oportunidad única para ti.
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Hormona exclamation
FanfictionEl poder de tres lemurianos en celo es similar al big bang, en escala. Feromonalmente, la descarga que provocan hace que todos en el Santuario, semes y ukes, experimentan el celo lunar mas fuerte de sus vidas, lo que los llevara a realizar lemons qu...