Tengamos una cita juntos.

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Andrea continuo con su berrinche estando de cabeza sobre la banca y a punto de caerse, a costa de esto Marian la tomo de la cintura intentando detener su berrinche y ayudarla a enderezarse.

—Tra-tranquila Andrei, n-no puedo dejar que se sepa tu secreto, haré lo que sea por ti.

—¡No, no puedo permitir que lo hagas!, y-yo, ¡yo quiero protegerte a ti!

Ambos continuaron discutiendo sobre quién protegería a quien mientras que Nathaly los observaba intensamente y no pudo evitar soltar una ligera carcajada, ambos detuvieron su discusión y vieron a la dueña de aquella extraña risa, la veían como si de una extraña criatura se tratara.

—¡Jaja, n-no se preocupen por mí, co-continúen!

—Co-co... ¡Cómo se te ocurre reírte cuando todo esto es tu culpa!, si no hubieras intentado robarte a mi novio no hubiera estado todo el día creyendo que lo había perdido.

—A-Andrei, yo...

—Si, lo intente, pero este chico es tan torpe como para tomar en cuenta mis sentimientos, en toda la cita solo pensaba en ti y en aquel beso que rechazaste de él.

—¡No, e-eso fue un malentendido!

Al escuchar eso la mirada de Marian se desvió ligeramente, recordando aquel momento le provocó una fuerte depresión, la cual se convirtió en una sorpresa al escuchar lo que Andrei había dicho, "¿malentendido?" Era lo que pensaba Marian en ese momento.

—Oh, ¿con qué un malentendido?, créeme que me gustaría escuchar sobre eso, pero si no te molesta mi cita con Marian aún no termina, así que, si podrías irte sería fabuloso.

—¡No me iré y no te dejaré con Marian!

—A-Andrei, te-tengo que hacerlo, no puedo permitir que Nathaly divulgue nuestras identidades, después de todo es mi culpa.

—¿T-tu culpa?, ¿A-a que te refieres?

—Ella me vio, vio cuando mi transformación desaparecía, yo, yo me quede en shock, justo después de que me rechazaste. Pensé que después de todo lo que había sucedido entre nosotros, pensé que te habías aburrido de mi.

—¡Te equivocas!, y-yo ¡jamás me aburriría de ti!, ¡yo te amo y es por eso que!, que no quería besar a Prince, yo, no sabía que tú estás Prince, ¡en verdad lo siento!

—A-Andrei...no, yo soy quien lo siente, después de que fuiste Akumatizada, después de lo que sucedió ese día, yo pensé que recordabas lo que sucedió, nunca me imaginé que recibirías un trauma tan grande, ¡lo lamento mucho, soy un pésimo novio por no darme cuenta!

—¡Yo no creo eso!, tu-tu eres el mejor novio que podría pedir, te preocupas más por mí que por ti, aunque, eso me lastima un poco, me hace darme cuenta de que estando conmigo te hago daño, creo que yo soy la que es una pésima novi...

Marian interrumpió a Andrei besándola y limpiando las lágrimas que caían por su rostro, acariciaba sus mejillas con ternura y la besaba profundamente para evitar que sus sollozos fueran escuchados, todo esto mientras una chica los continuaba viendo con un rostro algo molesto.

—Saben, no me gusta que me ignoren.

Dijo con un tono molesto haciendo que ambos se sobresaltaran y comenzaron a toser ya que se estaban ahogando, un beso profundo puede ocasionar esto.

—Pe-perdón, ¿decías algo? —le preguntó Marian.

—Hah, me demostraron un acto de amor un poco extraño...bien, cambio de planes, si quieren que guarde su secreto tendremos una cita triple.

—¿Cita triple? —preguntaron al unísono.

—Los tres iremos a lugares divertidos como en un triángulo amoroso, claro que las dos seremos la pareja de Marian.

—¡Espera, e-eso es demasiado extraño, n-no creo que sea buena ide...!

—¡Aceptamos!...pero si intentas hacer algo con mi Marian, conocerás mi lado destructivo.

—Perfecto, pero no llores si Marian termina enamorado de mi.

Con esas declaraciones la cita triple inicio y continuaría hasta que la noche cayera sobre la ciudad, un lugar cliché al que irían sería al cine para ver una película romántica, una sala de cine casi vacía en la que había un grupo de dos chicas y un chico los cuales continuaban con una cierta discusión de quién se sentaría al lado del chico.

—¡Yo soy la que se debe sentar con el, es mi novio!

—¡No, yo soy quien se debe sentar con él!, después de todo, lo amo desde antes que tú.

—N-no podría sentarte en medio de ambas.

—¡No! —gritaron al unísono —Si las dos nos sentamos a tu lado no tendrá ningún sentido el que nos estemos peleando por ti y no se sentirá especial en lo absoluto —dijo Nathaly molesta.

—L-lo siento, me-me quedare callado.

Finalmente no se decidieron en lo absoluto y Marian se termino sentando en medio de ambas, no pudo disfrutar la película ya que cada vez que ocurría un momento romántico los brazos de Marian eran apretados con una gran fuerza, cuando esto finalmente se calmo fue en las escenas más conmovedoras, Nathaly la veía detenidamente mientras que Marian y Andrei disfrutaban de un dulce beso, algo que ambos extrañaban, incluso si solo fue un día lo que no estuvieron juntos, Nathaly noto el fuerte romance de ambos y se sintió un poco triste.

—Vaya, qué película más romántica.

El final de la película había conmovido los corazones de todos los presentes, pero aún había un sentimiento semi oscuro surgiendo de una chica.

—Yo, creo que podemos terminar la cita aquí.

—¿Sucede algo Nathaly?

—N-no, no se preocupen, yo, solo quería ver qué tan enamorados estaban, creo que su amor es algo que no se romperá fácilmente.

—Yo...te lo agradesco, pero aún así, Marian es mío y de nadie más —dijo en tono burlón.

—Jeje, por el momento, pero si vuelves a lastimarlo, no dudaré en tomarlo para mí, lo consolaré usando mi cuerpo.

Rieron para finalmente despedirse, tanto Marian como Andrei iban juntos a casa mientras que Nathaly los veía desde la distancia, aquellos dos formaban una pareja perfecta y nadie podía decir lo contrario. La chica se había quedado sola en una banca dentro de un parque, sus lágrimas caían de su rostro como gotas de lluvia, constantes y con fuerza.

—No, no debería llorar, sabía que él no me escogería, pero, aun así quise intentarlo. Vaya, el amor nos vuelve idiotas, después de todo ellos son los idiotas más grandes del mundo, en verdad se aman...aún no puedo creer que Marian sea PrinceBug.

Dijo en voz baja mientras limpiaba las lágrimas de su rostro, esa era la última vez que mencionaría ese secreto, aún para sí misma y sabía que aunque lo dijo nadie la escucharía, pero puede que sea totalmente lo contrario.

—Vaya vaya, parece que consegui escuchar algo interesante.

Las aventuras de PrincebugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora