"Solo Mio" {ChanBin/YoungChan}

Capitulo 22

El menor abrió los ojos mirando a su alrededor buscando el rostro del pelinegro, el cuál no encontró. Trato de pararse pero un gran dolor se lo impidió haciendo que volviera a acostarse.

—Veo que ya despertaste —la voz del pelinegro se escucho en la habitación.

Chani poso su mirada en él, notando que traía una charola con dos huevos fritos, tocino, fruta y un jugo de naranja.

—Traje el desayuno para ti —se acerco dejando la charola en una pequeña mesa. —¿Como amaneciste?

—Aún estoy un poco adolorido —río leve rascando su nuca.

—Se pasara cuando comas tu desayuno —sonrió colocando la charola frente al menor.

Chani asintió y después comenzó a comer sin levantar la vista, estaba comenzando a sentir vergüenza por las cosas que habían hecho la noche anterior, así que no quería ver al mayor.

Youngbin noto esto en Chani, haciéndolo recordar la misma actitud que tuvo aquella vez que habían salido del cine.

—Chani, ¿a que te referías con que esta vez no fuera un sueño? —pregunto alzando una ceja.

—Ah...es sólo que... —su sonrojó apareció.

—¿A caso habías soñado con nosotros dos haciéndolo?

—¡¿Que?! —abrió los ojos a la par avergonzado. —No...

—Tu expresión lo dijo todo —río. —Y dime, ¿fue como lo soñaste?

Chani lo miro entrcerrando los ojos, planeando una idea, y al crearla le hizo señas al mayor para que se acercara más. —Fue aún mejor —contestó con una mirada pícara causando que está vez Youngbin se sonrojara.

El menor río burlesco mirando a Youngbin mientras que él solo reía sonrojado. Al parar ambos se miraron a los ojos acercándose lentamente para al final juntar sus labios.

—Creó que ya estas recuperado —susurro Youngbin pegando su frente a la del menor.

—Creo lo mismo —miro los labios del contrario volviendo a besarlos.

Dejaron la charola en la mesa, mientras que Youngbin se sobreponía encima del menor colocando sus rodillas y manos a cada lado de este.

Esta vez sólo se quedaron en besos, ya que pocos segundos después el celular del mayor comenzó a sonar interrumpiendolos.

—Contesta —dijo Chani separándose de los labios del mayor quién se levanto bufando.

—Si, diga —contestó con molestia. —Señor Shibaki buenos días —aclaro su voz sorprendido. —Claro que no lo olvidé, en unos minutos estaré ahí —colgó.

—¿Te iras? —pregunto Chani.

—Si, por poco olvido la junta —sacó un traje vistiéndose.

—¿Es muy importante?

—Ni mi padre a podido convencerlo de asociarse a la empresa. —se ponía el saco. —Si lo logró podré hacer que él señor Kim vea de lo que soy capaz.