Su Guardaespaldas [Jungkook]

France.

Nos reímos a carcajadas y con pisotones fuertes bajaron hasta donde estábamos nosotras.

—Que me has echo, confiesa -le dice Yoongi a Eunbi.

—Mejor dicho, que me has echo a MI -dijo resaltando Jungkook la palabra mi viéndome.

—Nada nada —dijimos Eunbi y yo a la vez.

Derrepente Rm y Jin bajaron seguramente por el ruido que estábamos ocasionando y se rieron a pleno pulmón.

—¿Ésto es lo que le hicisteis? —comentó Jin riéndose entre medio.

Quería responder pero no paraba de reírme y Eunbi tampoco.

—¿Como que qué hicisteis? ¿¡Sabes algo?! -dijo Suga.

Se acercó intimidante a Jin y no se lo pensó cuando como si le ardiésen los pies subió a su habitación y cogió una de sus chanclas.

—E-espera, y-yo...

—Toma jungkook —dijo Suga entregándole otra chancla.

—Gracias.

—¿Algo que decir antes de morir? —le dijo Suga a Jin con un tono amenazante.

—Ayuda Namjoon —le regresó la mirada a Nam intentando llorar falsamente.

—Tututuru... —contestó silbando.

—Se te acabó el tiempo.

Cada uno le dio un chanclazo a Jin.

—¡Ay jo! —dijo apunto de soltar algunas lágrimas.

—Nos quedamos satisfechos —dijeron los dos demonios.

Derrepente como por arte de magia vino el jefe.

Chicos nos tenemos que ir a Paris.

—¿Qué? ¿Ya...? —dijimos entre todos.

—Si, allí nos esperan muchos fans también.

—Bueno esta bien, por nuestros fans lo que haga falta —dijo porsupuesto Hoseok siempre con alegría.

—Bien, en 5 minutos nos vamos de aquí.
—en cuanto todos escucharon eso se fueron rápidamente a sus habitaciones a recoger todo.

(...)

Terminamos de recoger y fuimos a la entrada.

—Ya estamos listos —comentó Jungkook

—Bien, vámonos —dijo el Jefa con entusiasmo.

—Nos fuimos de allí y cogimos una limusina.

—¿Hacia falta ir en una limusina? —preguntó Namjoon al superior.

—Si, mas por seguridad que por lujo— respondió.

—Si es así está bien...

—Llegamos al aeropuerto sin parar de hablar entre nosotros y nos fuimos al avión

Me tocó ir al lado de Eunbi y Jungkook.

—Vaya, que suerte.

—¿Por qué? —preguntó Eunbi.

—Cosas mías —reí.

Pasaron 10 minutos y el avión empezaba a despegar y EunBi se veía algo asustada.

—¿Estas bien?

—S-si...Solo es un poco de mareo que todo el mundo podría tener...

Cogí mi mochila y saqué un paquete de chicles de fresa y menta y le dí uno.