Su Guardaespaldas [Jungkook]

Termine mi propia historia. (FINAL)

-Bebé, ya llegamos -sonrió de oreja a oreja.

-¿Ah... Qué...? -hablé somnolienta.

-Que ya llegamos zombie -contestó Jimin.

-Gracias Jiminnie por el cumplido pero no hacia falta -sonreí notoriamente en falso.

Jungkook solo río ante aquel comentarios

Todos bajamos de aquel avión.

-Pediremos un taxi ya que no me dio tiempo a llamar a alguien de la empresa para recogernos -dijo el CEO.

Mientras paseábamos por el aeropuerto esperando al taxi un grupo de army's se concentraron entre nosotros dándose cuenta de que eran BTS.

-¡Oh dios mío allí están -gritó una.

Oh... No...

-¡Es verdad! -gritó con emoción otra.

-¡Una foto por favor! -quiso acercar su brazo a Jin una de pelo rubio.

Más y más gente se acercaban a nuestra zona. Donde están los de seguridad y guardaespaldas cuando se le necesita -pensé frustrada.

El CEO nos observo pero no podía hacer nada, solo estar encerrado por varios reporteros que hacían preguntas aleatorias, así agobiándonos a la mayoría mientras Hoseok intentaba tranquilizar a las personas.

Iintentando saber que hacer miré mi mochila, en ella recordaba que tenía una pistola de bengala por si las moscas, y ahora mismo por suerte estaba cargada.

Le hablé a Jungkook; -Jungkookie, ¿no te asustes por lo que haré si?

-Uhm... ¿De acuerdo?

Miré a los demás chicos y les guiñé el ojo sonriendo victoriosa.

-¡Cuidado un disparo! -grité a todo pulmón y disimuladamente cogí la pistola y la dispare al techo, por inercia en el susto que me causo el estruendoso ruido abrazé a Jungkook.

Todos se fueron corriendo de nosotros y Hoseok habló.

-Uh, eso si que me asusto -se tocó el pecho mientras suspiraba.

Y Jungkook se río de aquello que acababa de hacer.

-No es necesario que me muestres tanto amor, ya se que me quieres princesa -me dijo mostrando una notable alegría.

-U-um no fue eso... -me sonrojé.

Sin querer fijé mi vista hacia adelante de Jungkook y vi que todavía estaban unos camarógrafos.

Oh, maldita sea

-¿Qué paso bebe? -me preguntaba por lo que mi cara demostraba.

Y entonces giró su cabeza hacia donde yo observaba.

-Vamos bien...

Los camarógrafos se giraron y corrieron para que no fueran pillados.

-Chicos tranquilos, yo arreglare esto, no os preocupéis -habló el ceo.

-Gracias -agradecimos los dos.

Fuimos a la salida y ya estaba el taxi para recogernos

-Vámonos lo mas rápido que podamos de aquí, pueden volver en cualquier momento y entonces ya no sería nada seguro el aeropuerto.

Ingresamos y enseguida el taxista nos preguntó.

-¿A donde se dirigen? -en su rostro, se notaba lo cansado que estaba de preguntar siempre lo mismo y las innumerables horas que se mantenía despierta.