Su Guardaespaldas [Jungkook]

A secar el calor se ha dicho.

-Hayul.... Yo soy el que estaré a tu lado por siempre... No te preocupes por nada más... -le di mi mano y me senté al lado de ella.

Me quedé dormido por el cansancio de todo el día.

AL DIA SIGUIENTE.

Me desperté del mejor descanso de mi vida ya que cuando abrí los ojos esta a un lado de su cama bien arropado y... ¿Con un... Peluche de osito?

Abrí mejor mis ojos y resulta que no era un osito si no Hayul.

Me levanté repentinamente.

Mejor me voy a dar una ducha y vestirme -pensé.

Marché a mi habitación y me fui a bañar.

Después de ducharme muy tranquilamente me seque y puse la ropa.

Volví a el cuarto de Hayul.

La desperté con voz dulce.

-Hayul... Despierta... Es ya tarde para irnos... -le sonreí mientras la veía abrir sus ojos.

-Ya... 5 minutos más -somnolienta.

Probé otra vez pero esta vez con un tono mas serio.

-Hayul, despierta por favor.

-Dije que ya voy...

Ya me cansé y usaré el armagedón que siempre funciona según los chicos.

-¡Hayul! ¡Unas chicas están abrazando a bts! -Utilicé el tono de su amiga.

-¿¡Qué!? ¡No lo permitiré! ¡Eso está en contra de las reglas del contrato! -se levantó de la cama con los ojos muy abiertos.

Y por fin se dio cuenta de mi presencia.

-Espera, Jungkook que haces aquí ¿Tú no estabas besando a chicas? -preguntó.

-Si... pero me cansaron tantos de tantos abrazos -me avergoncé falsamente.

-Ya se enterarán de lo que es bueno... -dijo enfadada.

La paré.

-Tranquila Hayul es una broma.

Se quedó mirándome fijamente.

-Vale... dejo que me pegues esque no te despertabas.

-Gracias... -me dio un pequeño golpe en la cabeza. -Me asustaste pero menos mal me desperté, ya pensaba que me iban a despedir.

Reímos a la par y hablé;

-Vamos a desayunar que vamos tarde.

(...)

Terminamos y nos encontramos con Nam y Jin.

-Oh, hola chicos que tal la mañana.

-Pues muy ajetreada, no me cabe nada en la maleta y ahora Jin me va a acompañar a comprar otra nueva.

Oh, ya veo, podemos ir con ustedes si queréis.

Los dos, incluidos Hayul negaron con la cabeza.

-¿O-okey...?

-Ya vámonos, no ves que están ajetreados -Hayul se rió extraña.

(...)

-Y ahora que, me aburro -hice un puchero.

-Ash... Ven a mi cuarto, ordenaremos mis cosas.

-¡Vale! -dije feliz.

Cuando estábamos en la puerta por inercia abrí la puerta con la contraseña.