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Después de aquel incidente traté de disculparme con Taeyong, pero cada vez que trataba de acercarme fallaba en el intento gracias a Sehun o Suho.

Con esta contaría seis veces que trato de disculparme con él, empiezo a observar a todos lados, no hay moros en la costa ¡es mi oportunidad!

Me acerco rápidamente hacia Taeyong quien estaba sentado bajo un árbol, por lo que veo está escribiendo algo en un cuaderno. La luz iluminaba su rostro, sus dedos jugaban con el lápiz y podía escuchar como tarareaba una canción.

Conforme me acercaba podía sentir un poco de temor, miraba a todos lados paranoica pensando en que Sehun o Suho estarían por ahí. Taeyong se había percatado de mi presencia, es más, parecía que estaba alegre de verme.

- Hol-...-traté de saludarlo, pero fui interrumpida gracias a que alguien me cargo como costal de papas alejándome de Taeyong.

Pude ver como este reía adorablemente mientras agitaba su mano en forma de saludo, correspondí con algo de dificultad mientras acomodaba mis lentes.

- ¿Qué crees que haces, Bae? - me preguntó Sehun con cierta molestia mientras me bajaba.

- ¿Disculparme por la enorme paliza que le dieron tú y Suho después de clase?

- Se lo tenía merecido, él es el único que no sabe que nadie se debe meter contigo.

- Él y Hwayoung. - dije por lo bajo mientras desviaba mi mirada hacia otro lado. - ¿Y Suho? ¿Dónde está?

- Tuvo que irse antes, comió algo que le cayó mal. - respondió con indiferencia mientras empezaba a caminar por el pasillo.

- ¿Con quién me iré ahora? - me quejé mientras lo seguía.

- Eh, ¿conmigo? Te recuerdo que somos vecinos. – respondió.

- Eh, te recuerdo que hace una semana que dejaste de acompañarnos desde que llego...

- Sulli. – respondió. – Solo la estoy preparando para Chanyeol, esa chica lo trae loco.

- Ah.

La campana sonó indicando el final del almuerzo, odiaba los viernes debido a que nos tocaba gimnasia. Suho me ayudaba a saltarme esa clase con cualquier excusa muy convincente, pero Sehun siempre escapaba con cualquier chica sin neurona alguna.

Suspiré mientras ingresaba a los vestidores de damas, cada chica con su cuerpo tonificado u operado. Acomodé mis gafas para luego ir hacia mi taquilla, no me quedaba de otra, empecé a quitar mi camiseta.

- JooHyunnie. – escuché la voz de Jisoo acercándose. - ¡Guau! Pensé que no estarías aquí, usualmente te sueles enfermar estos días

- Hola Jisoo. – sonreí. – Lo sé, empezare a tomar vitaminas para venir.

- ¡Bae! – ahora era la voz de Nayeon. – Me alegra que vinieras hoy, ¡te extrañamos bastante!

Jisoo y yo reímos por lo muy adorable que se veía Nayeon haciendo pucheros, el ambiente era ahora más tranquilo. Una vez estuve con mi uniforme de gimnasia, salí junto con Jisoo y Nayeon al gimnasio.

- ¡Oh! Señorita Bae, milagro que viene. – exclamó el entrenador al verme. - ¡El joven Oh también esta aquí! ¡Es mi día de suerte!

El entrenador nos miró maliciosamente a ambos, no entendía por qué, una vez empezó la clase comprendí todo.    

╏DON'T COPY!╏ SURENE AND HUNRENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora