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La música estaba a todo volumen, se escuchaba en toda la calle, es una sorpresa que ningún vecino se haya quejado. Observé con un poco de asombro a la impotente casa, varias personas entraban y salían. Miré a varios lados con algo de incomodidad, nunca he sido de salir a fiestas o usar ropa escotada. Lo cual, irónicamente, es lo que estoy haciendo ahora. Acomodé mi cabello caminando hacia la puerta principal, cuanto hubiese deseado venir acompañada. Pero Jisoo estaba castigada por sus calificaciones y Suho estaba ocupado con algo de lo que no me quiso contar, y no pensaba insistir para que lo hiciera. Y ni hablar de Sehun, en todo el día me ha estado evitando y actuando raro.

Ingresé a la casa, el grito de Nayeon y algunos murmullos me recibieron, una vez di un paso dentro de la casa, sentí como mi amiga me abrazaba mientras daba pequeños brincos. Reí correspondiendo a su abrazo, una vez se separó pude oler su aliento a alcohol.

- ¡Estas muy linda! ¿Ves? ¡Tenía razón! – exclamó riendo, sonreí tomándola de los hombros suavemente. - ¡Ven! Necesitas una bebida.

Tomó mi muñeca y me jaló por toda la casa hasta la cocina, choqué con varias personas en el camino. La mayoría me observaba confundido, tampoco los culpo, no es muy común verme tan arreglada. La cocina estaba repleta de personas, la mesa estaba adornada por varias botellas de bebidas que no reconocía. Nayeon tomó un vaso de plástico, lo llenó de algo que supongo que es vodka.

- ¡Toma, Joohyun! – me extendió el vaso con una gran sonrisa.

Acepté el vaso observando como su sonrisa crecía, es la primera vez que la veo ebria. Bebí todo el contenido del vaso, un enorme ardor invadió mi garganta haciendo que cerrara mis ojos y soltara un quejido. La risa de Nayeon no se hizo esperar, no paso mucho para que su risa fuera acompañada por la de Sehun.

- No sabes beber, Bae. – canturreó de manera infantil.

- ¡Cállate! – me quejé dejando el vaso en la mesa.

- ¡Cállame! – sacó la lengua.

Rodé los ojos, y serví más de esa bebida en el vaso. Nayeon ya no estaba, Sehun seguía parado observándome con una sonrisa, le extendí el vaso sonriendo de la misma manera. Lo aceptó riendo, bebió el contenido de un solo sorbo, como si fuera agua. Dejó el vaso en la mesa con la misma sonrisa, ¿soy yo o todos andan muy sonrientes ahora?

- ¡Todos reúnanse en la sala! – se escuchó la voz de Nayeon, miré a Sehun confundida.

De pronto, todos estaban reunidos en la sala, ¿en serio le habían hecho caso? Sehun tomó mi mano, lo miré sintiendo como un pequeño escalofrío recorría mi columna, qué raro. La sala estaba repleta, menos mal que la casa era enorme, de lo contrario estaríamos más que apretados.

Todos hablaban entre sí, Nayeon tenía una botella de cerveza entre sus manos mientras se tambaleaba. La mayoría la observaba expectante, colocó la botella en el centro de la mesa que había en la sala.

- ¡Jugaremos siete minutos en el paraíso! – gritó.

......

Esta era la sexta vez que hacía girar la bendita botella, Sehun se había ido para hablar con una de sus amigas, a mi costado estaba una pareja que andaba bastante cariñosa. Rodé los ojos hasta que escuché gritos, la pareja se separó asustada y no pude evitar reír.

- Se nota tu alegría. – se burló la chica que estaba a mi otro costado.

- ¿Eh?

- Les tocó a ti y a Sehun.   

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2019 ⏰

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