Cuando se sentó en el sillón, se dio cuenta que necesitaba estar realmente sola, necesitaba pensar en lo que había pasado, no podía creer que todo este tiempo le estuvieron mintiendo, le robaron recuerdos, le robaron parte de su vida.
Subió la escalera corriendo, agarro lo poco que había agarrado de la mansión y se apareció en su casa. Fue hasta su habitación, y preparo su mochila de acampar. Ser un Scout le había dado la habilidad de armar esa mochila en dos minutos, con todo lo que necesitaba.
-Señorita, que está haciendo? – apareció la elfina preocupada ya que notaba a la legua que su ama no estaba bien.
- Me voy, no me sigas, no me busques y no quiero saber de ti ni de nadie si no te llamo. No te aparezcas si no quieres que te libere y te eche de esta casa. ¡¿Quedo lo suficientemente claro?! – se giró y miro a la elfina fijamente – No quiero que corras con nadie a avisarle mi decisión o sino...
-Queda claro señora – y con reverencia se fue.
Geo sabía que había sido muy ruda con su elfina, pero quería estar sola. Necesitaba pensar en su vida y en lo que iba a hacer en el futuro. Sabía que era muy impulsivo lo que estaba haciendo, pero por primera vez en su vida quería hacer algo que no estuviera cronometrado o planificado.
Cerró los ojos y cuando los abrió vio un paisaje que hace mucho no veía. Estaba nevado, y era de noche, apareció con un movimiento de su mano un ramo de rosas negras y camino por entre las lapidas que se encontraban a su alrededor sin siquiera prestar atención.
Llego hasta las de sus padres. Dejo las rosas y se sentó mirándolas fijamente.
¿Hace cuánto que no venía? No lo podía recordar, cada vez que decía que quería venir siempre le decían que no, que no se podía, que tenía que entrenar o hacer tal cosa. Que no podía poner en riesgo todo lo que había logrado hasta ese momento, que había algo más importante que hacer, en definitiva. Y eso la estaba matando, y no se había dado cuenta hasta éste momento.
-Hola – susurró – lamento en lo más profundo de mi ser no haber venido antes. – se secó las lágrimas, no se había dado cuenta cuando empezó a llorar – lo encontré... encontré a Harry o mejor dicho él me encontró a mí. Mamá, Papá... todos me mintieron, ¿cómo hago? ¿Cómo hago para seguir así? ¿Cómo volver a creer en esas personas que supuestamente me cuidaron y buscaron lo mejor para mí? los necesito tanto...
La joven sentía que se partía en dos, que en su pecho nacía un dolor que se extendía por su cuerpo inmovilizándola. Era similar a lo que sintió cuando le dijeron que sus padres habían muerto.
En ese momento había sentido que la vida se acababa. Tenía 6 años, y ya sabía cómo se siente una persona que lo perdió todo, que no tenía una vida por delante. Que nunca podría ser feliz.
Nicholas, su padrino se presentó el día del funeral. Solo habían pasado tres días de la muerte de sus padres, y es el día de hoy que no recuerda nada de esos tres días, tampoco preguntó. Ella estaba sentada en primera fila, con la mirada fija en los ataúdes. En sus manos había hecho aparecer un ramo de rosas negras, la gente pensaba que eran de mal gusto. Pero ella sabía que su padre hubiera reído por lo dramático y lo oscuro que significaba ese ramo, y su madre hubiera puesto los ojos en blanco y se hubiera reído disimuladamente. Y eso a ella la reconfortaba. La hacía sentirse por un instante como si ellos estuvieran con ella.
En un momento tuvo la necesidad de levantar la mirada y lo vio, justo en frente, con un traje negro con la camisa y la corbata haciendo juego. Hacia un par de semanas había escuchado a sus padres de él. Ella solo lo conocía por fotos, pero inmediatamente lo reconoció.
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Magia Elemental - Harry Potter -
FanfictionUna historia llena de humor, suspenso y amor. No te la podes perder.