Un suave golpeteo se oyó antes de que la puerta de su habitación fuera abierta cautelosamente y Jeongguk no necesitó mirar para saber que se trataba de Jimin, el olor característico del omega invadiendo sus fosas nasales y fundiéndose con el propio.
—Gguk. —Murmuró Jimin, cerrando la puerta tras de sí y recargándose contra ella, como si necesitara estabilizarse. Jeongguk no se sintió extrañado, él sabía lo que su esencia provocaba en el cuerpo sin marcar del pelirosa. Aunque, de todas formas, no le importaba.
Un suave asentimiento fue toda la respuesta que fue capaz de dar, pero fue más que suficiente para el mayor, quien, tomando una temblorosa respiración, avanzó en su dirección. Sus mejillas tornándose rojizas a medida que se acercaba.
—Oh, cariño —Él no debía, pero aún así, posó la palma de su mano sobre el rostro afiebrado de Jeongguk—, estás ardiendo.
Jeongguk asintió nuevamente, con la mirada perdida en el techo de la habitación. Dentro de él, su lobo se hallaba tumbado sobre su estómago, con la cabeza apoyada sobre las patas delanteras y con ambas orejas alzadas, a la espera del regreso de su compañero, como había hecho durante toda la mañana y parte de la tarde. Al parecer, la bestia aún no comprendía que había sido rechazada y que su pareja destinada no le quería.
El castaño reprimió un suspiro angustiado y sacudió la cabeza con suavidad para apartar la mano de Jimin. —No deberías estar aquí. —Jeongguk deseó que su voz fuera más que un susurro lamentable, pero, ¿quién podía culparlo? Era un hombre con el corazón roto y podía sentirse tan miserable como quisiera.
Jimin atrapó su labio inferior entre los dientes y una chispa de lástima bailó en sus ojos mientras le observaba. —Yoongi me ha pedido que te ayude en lo que resta de tu celo, Gguk.
—No, él te ha ordenado que lo hicieras, Jimin, yo estaba allí, ¿recuerdas? —Respondió el castaño con sorna—, de todas formas, no es necesario, pero agradezco el gesto.
—Jeongguk, cariño...
—No, Jimin. No tienes que hacer esto solo porque el segundo al mando te lo ha ordenado, no necesito tu ayuda ni la de nadie, siempre estuve por mi cuenta, después de todo. —Espetó, incorporándose sobre las sábanas con brusquedad.
—Gguk, sé que lo que Yoongi dijo te ha herido, él fue demasiado duro, pero-
—Jimin, está bien, lo prometo. Él no me ha herido, nada de lo que diga puede herirme, ¿sabes? Estoy bien, simplemente me siento algo embotado a causa del celo, pero cuando termine, todo volverá a la normalidad. —Jeongguk soltó una risita, pero se oyó tan lastimada que no hizo más que alertar aún más a Jimin.
—Sabes que eso no es cierto, Gguk —Respondió Jimin, y la mirada que le lanzó estuvo tan cargada de compasión, que Jeongguk sintió que la máscara de fortaleza que había creado, se debilitaba. —, yo sé que te duele, cariño, pero Yoongi necesita tiempo para adaptarse a esta nueva idea de tener un compañero alfa.
—Él no es mi compañero, Jimin —El menor contestó, sintiendo su pecho contraerse dolorosamente. —Él mismo lo ha dicho. Su pareja destinada está afuera, esperándolo. Yo no soy más que un cachorro confundido.
Dolía.
Claro que dolía, a pesar de lo mucho que se empeñara en negarlo una y otra vez. Su corazón se rompía un poco más cada vez que recordaba lo ocurrido horas atrás, como Yoongi lo había negado tajantemente frente al resto de la manada, lo furioso que se encontraba y lo fríos que habían lucido sus ojos cuando sus miradas se habían encontrado antes de que Yoongi se marchara. Joder, su corazón se sentía tan magullado.
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heartache is a cold place ; kookgi
FanficJeongguk acaba de presentarse como un alfa ante la manada. Ahora solo debe esperar a que su omega destinado haga aparición y así poder comenzar su vida como un lobo acoplado, suena sencillo, ¿verdad? Es una jodida lástima que él solo sienta deseos d...