Junto a ti

"Dormir Juntos"

Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama

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Junto a ti

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"Dormir juntos"

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El frío matinal rozaba su rostro a medida que aceleraba el paso, en el corazón del distrito. Ni la sensación térmica, ni las bajas temperaturas impedían que la gente en Trost hiciera sus actividades normales, en especial cuando se trataba del comercio, causando que las calles estuvieran inundadas de gente desde temprano. Así lo comprobó esa mañana, mientras caminaban hacia el final de la avenida.

Apretó la mano de él con fuerza, sin dejar de avanzar, hasta detenerse en un pequeño barrio residencial. Ya habían pasado dos meses desde que llegó a instalarse a Trost y nunca se había dado la oportunidad de conocer aquel sector, unos de los más tranquilos de la zona, donde abundaban las áreas verdes, niños jugando en la plaza, las mujeres conversando animadamente. Aun cuando las hojas cayeran desde los árboles y el viento frío los envolviera, el paisaje era encantador.

La gente se veía feliz, se veía en paz ¿Cuándo imaginó que tendría el privilegio de presenciar cómo la gente disfrutaba de la cotidianeidad de sus vidas? Probablemente en contadas ocasiones.

-Mikasa ¿Tienes frío?- La voz de Jean la sacó de sus pensamientos. Dirigió su mirada hacia él y negó con la cabeza.

-Estoy bien- Respondió, sonriendo levemente. En realidad, sentía su nariz helada, al igual que sus mejillas. Pero nada que no pudiera soportar - ¿Es acá?

-Sí, es acá- Sin soltarse de su agarre, con la otra mano libre, sacó un papel de su chaqueta - Según la numeración de las casas, debería estar en un par de metros más. ¿El sector no se ve nada mal, verdad?

-Para nada. Es un lugar muy bonito - Mikasa sonrió. Él le correspondió de la misma forma, mientras retomaban la marcha de la mano. - Entonces ¿Acá vive gente de la Policía Militar?

- Algunos oficiales y sus familias aún viven acá, pero ya no son muchos - Respondió él - Por supuesto, esos idiotas siempre se quedaban con las mejores viviendas. Afortunadamente, las cosas están cambiando.

Por años la Policía Militar siempre tuvo acceso a lujos y comodidades, bien lo sabía Jean, que siempre quiso ser parte de esa élite tan particular. Pero con el paso de los años y luego de los avances y los logros de la Legión de Reconocimiento, la balanza se empezó a inclinar a su favor, y poco a poco los soldados que salieron de las murallas y lograron sobrevivir, tuvieron derechos a beneficios que antes eran sólo una utopía. Y con la intervención de la Reina, aquel proceso se aceleró aún más.

Jean siempre se imaginó disfrutando de aquellos lujos siendo un Policía Militar. Luego, cuando se unió a Legión, asumió que sobrevivir sería el único lujo que podría alcanzar. Y ahora, cuando por fin vivía en paz y se había ganado un espacio importante en el ejército, comprendió que nada de eso tenía valor, si no lo disfrutaba junto a las personas que más quería.