Junto a ti

"Celos"

Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama
Ilustraciones: Marienimar018

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Junto a ti

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"Celos"

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-¡Señorita!- El grito entusiasmado de un anciano que vendía fruta en su pequeño puesto, captó su atención - ¡Tengo las mejores naranjas del distrito, recién llegadas del Valle! ¡Pruebe!

Mikasa tomó un pequeño gajo de la fruta y lo probó. El hombre tenía razón: Era la mejor naranja que había probado en su vida. Dulce, jugosa y deliciosa. No lo dudó dos veces y le compró un par, pensando en preparar un refrescante jugo con ellas, para las tardes de verano que ya se aproximaban.

Para Mikasa ir al mercado era uno de sus momentos favoritos del día. El olor de la fruta fresca, de las hojas de las hortalizas, mezclado con el ruido de la gente, los gritos entusiasmados de los feriantes, los niños jugando mientras sus padres compran lo necesario para abastecerse, la hacía sentir que formaba parte de un lugar. Y aunque generalmente, Jean siempre la acompañaba al mercado, tampoco le molestaba ir sola de compras. Era su momento para disfrutar de su tiempo personal. Como sucedía hoy.

-¡Mikasa, hola!- Una voz femenina hizo que detuviera sus pasos, a su encuentro, una mujer de mediana edad se acercó a ella entusiasmada - No pensaba verte en el mercado tan tarde, generalmente vienes muy temprano.

- Hola, Sue - Contestó ella, más que por cortesía que por otra cosa - Si, me demoré haciendo cosas de la casa.

No iba a confesar que realmente se le había hecho tarde porque había querido pasar más rato con Jean. Se sonrojó levemente al recordar los sucesos de la mañana. La mujer asintió.

-¡Te entiendo! -Dijo la otra joven, sonriente -Imagínate con los niños y todo el griterío que arman desde que despiertan, después preparar el desayuno... ¡Nunca me rinde la mañana con ellos!

Sue solía hablar demasiado. Había llegado a Trost hace tres meses, junto a su familia. Estaba casada con un juez y tenían dos niños pequeños. Fue un día, cuando Mikasa regaba las flores de su pequeño jardín en compañía de Duncan, que conoció a Sue. Esta se presentó como su vecina y prácticamente le contó toda su vida en menos de una hora, mientras sus dos retoños se divertían con el perro. Desde ese primer encuentro, poco a poco Mikasa se tuvo que acostumbrar a la intensidad de aquella mujer, que a pesar de ser amable y simpática, a veces llegaba a marea. Sin embargo, aquello no era razón suficiente para cerrarle la puerta completamente a una relación cordial... pero con límites.

-¿Te falta comprar algo más?- Le preguntó, mientras caminaba a su lado. Mikasa suspiró, no tenía contemplado hacer sus compras acompañada.

- Sólo me falta el pan... - No alcanzó a terminar de hablar, cuando Sue pegó un saltito.

- Se abrió una panadería nueva hace una semana, dicen que hacen el mejor pan en todo Trost - La tomó del brazo, jalando hacia adelante - ¡Vamos!