Junto a ti

Primer beso

Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama

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Junto a ti

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Primer Beso

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Lo observó deambular por la sala, como un animal enjaulado, estresado. Sin embargo, ella mantuvo su semblante impávido. Después de un rato moviéndose de aquí para allá, él detuvo sus pasos y la miró fijamente. Mikasa frunció el ceño y bajó la mirada, escondiendo parte de sus facciones en su inseparable bufanda.

– ¿No me dirás algo? - Soltó Jean exasperado, ya sin poder esconder su ansiedad. No estaba molesto, pero necesitaba una respuesta, una señal aunque fuera.

Ella lo quedó mirando en silencio, sin intenciones de decir algo concreto.

– ¿Por qué? - Murmuró finalmente. Jean la miró sin entender.

– ¿Qué cosa? - Preguntó él confundido. Mikasa bufó molesta.

– ¿Por qué me lo pediste? - Soltó finalmente.

–Ya te lo dije, Mikasa - Jean se pasó una mano sobre su cabello, ahora más largo que en su adolescencia. Estaba perdiendo lo poco que le quedaba de paciencia - Te lo pedí porque quiero estar contigo, que nos sigamos viendo y...

–No - Lo interrumpió ella. Se levantó de la silla y le dio la espalda. Jean suspiró, resignado.

Había sido una semana complicada para los dos...

Un mes después de que Jean fuera dado de alta, recibió un aviso de la Legión de Reconocimiento. En la misiva se le informaba que debía presentarse en unos días más en el cuartel general en el Distrito Trost. Como actual Líder de escuadrón, debía colaborar directamente en la reconstrucción del ejército y asumir nuevas responsabilidades.

Pero para Jean aquella noticia le causó sentimientos encontrados: Sus días en Shinganshina habían sido perfectos gracias a la compañía de Mikasa. Habían empezado a interactuar mucho más que antes y con una dinámica diferente a sus tiempos de cadetes y soldados. Por fin, se estaban dando el tiempo de conocerse como algo más, como dos jóvenes que tenían un interés auténtico hacia el otro.

Pero también extrañaba a la Legión, a su gente. Aunque la mayor parte del tiempo era extenuante física y mentalmente, era una labor que lo apasionaba. Y a pesar de que muchas veces se cuestionó como Líder, jamás pensó en abandonar a los que depositaron su confianza en él, ni aun estando en tiempos de paz.

Fue entonces que, luego de leer y releer la carta, Jean tomó una decisión que marcaría un antes y después en los días siguiente.

Esa misma tarde, cuando encontró a Mikasa sentada en una banca, en la pequeña plaza de la nueva Shinganshina esperando por él, Jean supo que no podía dejar a la persona que más le importaba en su vida.

–Esta mañana recibí una carta de Hange - Empezó su relato, luego de saludarla y empezar a caminar a su lado tranquilamente - Debo volver al cuartel general de Trost la próxima semana.