Porque estar junto a ti no es una opción, es una elección de corazón. Un conjunto de OS de Jean y Mikasa para el Reto OTP de la página de facebook "Attack on fanfic". Capitulo X: "La mujer más fuerte del mundo" TERMINADO
Movió la aguja con destreza entre sus dedos, sobre la tela, tirando hacia el lado contrario. Siguió concentrada en su tarea, hasta que el hilo quedó corto, entonces, tomando una tijera lo cortó y con las dos manos, tomó el bordado para inspeccionar su trabajo. Sonrió satisfecha.
-Creo que ahora si se parece más a ti- Mikasa alzó el tejido hacia donde estaba Duncan, recostado a su lado. El aludido levantó la cabeza y soltó un bostezo, para seguir en lo suyo. Ella sonrió al ver que poco a poco su trabajo estaba tomando la forma de un adorable perrito de peluche, con los mismos colores y contextura que su compañero.
Siguió con su delicado trabajo hasta que por fin lo acabó. Dejó la manualidad sobre su regazo y la tijera sobre el costurero que descansaba sobre la mesa ratona a su lado. Bajó la mirada y sonrió con dulzura, mientras apoyaba sus manos en su ahora abultado vientre.
Desde que supo que estaba embarazada y su estado se lo permitía, se dedicó a tejer y bordar arduamente. Aun recordaba las tardes junto a su madre, bordando y cosiendo. A pesar de los años, no había olvidado la técnica para hacer un tejido perfecto que la Sra. Ackerman le había enseñado. Ahora su futuro hijo o hija, tendría mucha ropa y peluches hechos por ella. Estaba orgullosa.
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La puerta de la entrada se abrió de golpe. Jean entró cargando un par de bolsas, ataviado de un abrigo, guantes, una bufanda alrededor de su cuello y un gorro. El invierno era crudo en el distrito de Trost.
- ¡Mierda, me congelo!- Maldijo, una vez que cerró la puerta y empezaba a quitarse la primera capa de ropa. Mikasa sonrió al verlo y se levantó, con un poco de dificultad, del sofá para ir a su encuentro, saludándolo con un beso en los labios - ¿Me demoré mucho?
-No... ¿Cómo te fue?- Preguntó ella, tomando su abrigo para colgarlo en el perchero. Jean tomó las bolsas y las puso sobre la mesa del comedor.
-Compré lo que pude. Por las heladas, hay menos verduras y no de las mejores- Dijo, mientras sacaba un par de zanahorias y otros vegetales, colocándolos sobre la mesa del comedor. Mikasa contempló las hortalizas. Sin duda, ella tenía mejor criterio al momento de comprar los alimentos, pero no quería quitarle méritos a Jean. Desde que supieron que estaba embarazada, él había estado pendiente de todo y ayudando el doble en casa. Quizás demasiado.