Esa noche mientras recorría el corto camino del piso de Lisa al mío cavilé sobre el visto bueno para el intercambio. No quería tomar una decisión emocional pero me encontraba totalmente sobrecogida por las emociones, finalmente pensé que sería injusto decidir por ella, así que buscaría conversar con Lisa. Sin embargo no quería, o más bien quería pero sabía que no debía, encontrarme con ella fuera de la universidad, porque podría repetirse lo de aquella tarde.
Pasé tres días pensando cómo pedirle que nos encontrásemos y finalmente me decidí por el impersonal correo electrónico, pues esta sería la manera más lógica para que una profesora citara a un estudiante. En un mensaje escueto la citaba a presentarse a mi despacho para conversar sobre su solicitud de intercambio, igual fue la respuesta: un breve mensaje cortante dirigido a la doctora Kim. Me supo mal y pensé en seguida que estaría dolida por la forma en que me acerqué a ella.
Para el día convenido me levanté como cuando iba a verla en clase: ansiosa, insegura y hecha un manojo de nervios. Duré siglos decidiendo cómo vestirme pues aunque iba a la universidad y quería verme profesional, no podía evitar querer estar guapa. En alguna parte de mi cabeza estaba la nota mental de lo increíblemente guapa y joven que era Lisa, y a pesar de mis pocos años más no quería que se arrepintiera de lo que había pasado.
Cuando finalmente atravesó la puerta del despacho venía tan fresca y natural como siempre, como si acabara de pisar la tierra un segundo antes. Se sentó en silencio y sacó una libreta de apuntes, atenta como si fuera a comenzar la clase.
J-Hola – comencé en vista de que ella no iba a romper el silencio
L-Hola – contestó sin más
J-Bueno… ¿qué tal está todo? – pregunté ansiosa
L-Bien, gracias
J-Lisa… – pero ella no me miraba, tenía puesta su máscara de chica dura – ah… esta semana vamos a reunirnos a ver el caso de tu solicitud de intercambio y quiero saber qué decir…
L-Doctora, imagino que usted sabrá bien cuál es el concepto de su área de estudios – contestó seria mirando a la libreta
J-Oye – le dije suavemente – el concepto de mi área de estudios es el que tu necesites… – pero no hubo respuesta. – No sé por qué estás enfadada pero esto no tiene que ser difícil, luego podemos hablar de lo demás…
L-No pensaba que esta citación por correo pudiera ser para hablar de lo demás… - dijo fastidiada -
J-Para serte sincera, desde ese día no he podido parar de pensar en que tengo que autorizar que te vayas, para mi tampoco es fácil. Lo pensé mucho y finalmente creo que lo mejor es que tu me digas qué quieres. Lisa, si pensara solo en mí no podría decir nada, pero soy tu profesora e irte a Milán podría ser importante para tu carrera. También quisiera saber qué opinan tus padres, cómo planeas costear esto…
L-Bueno, mis padres no pintan nada en esto. Tengo el dinero, tengo un dinero que me dejó una tía – explicó fastidiada por el tema
J-Entonces… – la miré, toda la historia familiar era rara pero no quise entrometerme
L-Entonces… – y me aguantó la mirada – no quiero ser un rollo de verano. Si me voy lo dejamos aquí.
J-Vale, te diré lo que diga el comité. Guapa…
Sin mediar otra palabra se levantó se levantó y guardó su libreta.
J-No te vayas así – dije rápidamente – no vas a ser un rollo de verano…
L-Jennie, me escribiste un correo – me reclamó – un puto correo después de… todo esto
J-Ey, espera. Yo te escribí un correo ¿y tú?
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La luz del fuego
FanfictionJennie una profesora universitaria comienza a interesarse por una estudiante. Por mas que lo niegue su atracción aumenta aun mas, a tal grado de ir a buscar a lisa cuando esta pide su traslado a milan.