Me desperté y me dirigí al baño. Sabía que mi rostro no iba a ser de mi agrado.
Mierda. Era un maldito mapache. Me limpié la cara y bajé. Era Domingo, eso significaba que no me iba a cambiar en todo el día.
Cuando estaba ya por el último escalón Summer se estaba despidiendo de mi hermano con un asqueroso y para nada agradable beso. ¿Summer es así como comienzas todos tus Domingos?
Me dirigí a la cocina y luego escuché el sonido de la puerta cerrarse. Los pasos de Patrick que venían hacia aquí y luego el mismo se sentó en una silla.
-Buenos días.-dijo él mientras bostezaba.
-Hola.- respondí.
-¿Puedes contarme qué han hecho James y tu ayer?- preguntó rogándome.
Yo me atraganté con mi jugo y comencé a toser.
-No hemos hecho nada, Patrick.- le dije cuando mi respiración volvió a ser regular.
-No te creo.- dijo él.- Soy tu hermano, puedes contarme lo que sea.- prosiguió.
¿Lo que sea? Ha sido mi hermano durante 17 años y todavía no sabe mi fecha de cumpleaños, y quiere que le cuente lo que sea. Oh si, este chico estaba enfermo.
-¿Lo que sea?- dije yo.
-Lo que sea- dijo asintiendo.
-He besado a James.- dije yo.
-Oh bueno eso no es tan…- Lo procesó.- ¿TU HAS BESADO A JAMES?- Gritó.
-¿Y sabes qué es lo peor?- proseguí.- La noche anterior había besado a Jason.
Estaba rojo de la rabia, era muy gracioso verlo de esa manera.
-¿HAS BESADO A DOS CHICOS EN MENOS DE 24 HORAS?- Preguntó gritando.
Asentí.
-ERES UNA PERRA.- Dijo él.
Si lo era. Pero me dolió. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me fui de allí.
Me encontraba en mi habitación haciendo la tarea para el día siguiente. Estúpido sea el que haya inventado los lunes. Dos golpes en mi puerta hicieron que dejara de hacer lo que estaba haciendo.
Sabía que era Patrick, pues nadie más habia venido a casa hoy.
-¿Puedo pasar?-dijo mi hermano asomando su cabeza por la puerta.
-Sí.- respondí y dejé mi boli de lado. Giré en mi lugar y él entró.
Se sentó en mi puff y tomó un cigarrillo de su bolsillo. ¿ES QUE AHORA TODOS FUMABAN?
-Espero y no te moleste, pequeña.- dijo refiriendose al cigarrillo.
-No, claro que no, adelante.- respondí.
-¿Quieres?- me ofreció.
-No, en este momento, gracias.- respondí.- ¿A qué has venido, Patrick?- pregunté.
-Quiero disculparme. Se que no debí haberte llamado perra.- dijo él.
-Estas perdonado.- dije yo.
-Sé que no lo estoy, Allison. Se que he sido el peor hermano de la vida y en serio quiero disculparme por eso.-dijo. Yo me sorprendí. Lo dejé continuar.- Sé que no estuve allí para ti cuando Jack rompió tu corazón, aún sabiendo que te dolía. –Y sí que dolió.- Sé que has cambiado mucho por eso, que te has convertido en una persona introvertida, fría, que esconde secretos, que prefiere estar sola, que se encierra en su mundo y que ha construido muros a su alrededor para no ser lastimada otra vez, cuando en realidad eras una chica todo lo contrario a eso.- Lo sé, he cambiado y no para mejor.- Eras extrovertida, hablabas con todo el mundo. Desprendías amor y cariño por donde quiera que pasases, no me escondías nada y si lo intentabas solo fracasabas. Te daba miedo estar sola, Allie, lo odiabas. Siempre has vivido en tu burbuja pero antes, solías dejarme entrar para ver cómo estaba todo por allí y si algo estaba mal me dejabas arreglarlo. No había muros a tu alrededor porque no los necesitabas.- Estaba atónita.- Antes cuando miraba tus ojos, podía notar ese brillo, ese amor y cariño que desprendías, esas miradas cómplices que nos compartíamos cuando hacíamos alguna travesura, esa mirada contenta y llena de vida. Pero ahora ese brillo se ha ido, solo hay decepción, rabia, angustia, tristeza. No compartimos ninguna mirada a menos que sean para pelear y eso me molesta.- No lo podía creer.- ¡MIERDA ALLISON, ESTOY TRATANDO DE DISCULPARME Y TU ESTAS ALLÍ SENTADA SIN SIQUIERA MOVER UN PUTO MÚSCULO!-gritó.
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