Esta Noche [YuYuu] [Yuri On Ice!!!]

No me arrepiento de nada.

El rubio se encuentra recorriendo su casa en busca de las llaves del auto, no recordaba donde las había dejado la noche anterior y se estaba desesperando. Levantaba cada objeto que veía sin éxito.

Se detiene un momento para observar a su omega guardar la merienda en una canastilla, sus manos se sienten tentadas de ir a su lado y tocar las anchas caderas del azabache, no puede apartar la mirada del redondo y bien formado trasero de su omega. Estaba dispuesto a ir donde su pareja hasta que escucha el tintinear de las llaves, unas pisadas y al instante un pequeño cuerpo se lanza sobre sus piernas.

-Hey, ¿Cómo está la bebé de papá? -. Toma en brazos el cuerpo de la pequeña frotando sus narices en un beso esquimal, la niña ríe y rodea con sus diminutos brazos el cuello de su padre.

Plisetsky solo puede pensar que su cachorra tiene la risa más preciosa, es como escuchar el canto de un ángel a unos metros de él, se sentía bendecido por tener a tan bello ser como su hija.

Contempla el rostro de la niña, tiene el cabello tan negro como el de su omega y los ojos son idénticos a los suyos, pero en ella se veían mucho más lindos.

Evelina es atrevida y risueña, pero retraída cuando conoce a personas nuevas; confianzuda, pero sin pasarse del límite siempre respetando a todos. Ella es una niña maravillosa a los ojos de sus padres.

Padre e hija ríen en complicidad al darse cuenta que Yuuri los observa desde la cocina, el pelinegro se acerca lentamente a ellos con una mano en la cadera y con la otra sosteniendo la canastilla.

El rubio deja a la niña en el suelo para ayudar a su omega y plantarle un beso en la mejilla mientras lo guiaba a la salida.

Hoy saldría toda la familia a celebrar el cumpleaños número cinco de su niña, realmente era una pequeña que crecía muy rápido; el rubio aún podía recordar cómo fue la sensación de tener su pequeño cuerpo de recién nacido en sus brazos, una experiencia que el alfa jamás podría olvidar.

Se encontrarían con Phichit, Seung y Hyun el primer hijo de la pareja para pasar un buen momento por el cumpleaños de su hija. Ambos niños se llevaban demasiado bien para el gusto del rubio, que es un padre sobreprotector.

Evelina era alfa y estaba muy apegada a Hyun que era omega, la niña estaba encantada con el chico. La familia Plisetsky sabía que tendrían problemas en un futuro por lo dominante que se mostraba su hija a tan temprana edad.

Parecía que ambos chicos habían formado una conexión temprana y aunque aún era algo apresurado para preocuparse por eso, el rubio tenía un ojo sobre su hija cada vez que la familia Lee llegaba de visita.

Plisetsky contemplaba a su familia con un sentimiento nostálgico. Siempre, desde pequeño pensó que nunca podría tener una vida como la de ahora. Creyó que con tener a su abuelo sería suficiente.

No conoció el amor de una madre, mucho menos de un padre. Su abuelo era lo más cercano a una figura paterna y estaba agradecido por cuidar de una pequeña mierdecilla como él, cuando aún era un niño que no comprendía la situación.

Conocer a Yuuri le abrió los ojos. Su pareja le mostró facetas de él mismo que no conocía, le enseño el mundo que se estuvo perdiendo por el miedo a caminar solo. Y estaba agradecido con él, porque le enseño a aceptarse y que todos podemos tener miedos, pero debemos enfrentarlos para seguir sin arrepentimientos.

El rubio ayuda a su omega a subir al auto, su hija corre emocionada con sus juguetes en brazos, sonriendo porque pronto vería a Hyun.

Yuri sube al auto asegurándose que todo estuviera en su lugar. Toma la mano de su pareja y besando sus nudillos toman inicio al parque donde pasarían la tarde.

Plisetsky recordaba cada momento vivido con su pareja. Cuando se enteró que seria padre, los nervios y el pequeño miedo que sintió pensando si podría ser un buen ejemplo para su cachorra, lo tuvo noches sin dormir. Yuuri fue honesto con él. Dijo que aprenderían juntos, que se esforzarían. Que como primerizos todos pasaban miedos, pero que amarían a su hija y la protegerían de todo lo malo. Le enseñarían como ser una persona que respeta a los demás y se respeta a si misma.

Había transcurrido varios años desde que estaban juntos. Lograron formar una hermosa familia en donde pronto se uniría un nuevo miembro. Yuuri estaba esperando a su segundo cachorro, y el rubio tenía que admitir que le encantaba como se veía su pareja en cinta.

A Nikolai probablemente le hubiera encantando ver a sus nietos, pero no siempre las cosas suceden como uno lo planea. Después de tanto tiempo solo, conoció a una encantadora persona que lo cautivo por completo a pesar de su edad, ahora se encuentran viviendo juntos una vida tranquila, viajando de un lugar a otro.

Ambos se cuidaban mutuamente y eso tranquilizaba al rubio. Siempre les llegaba regalos de distintos lugares que visitaban y hacían videollamadas cada fin de semana.

Como esposos han tenido que afrontar distintos problemas que se les cruzó como pareja de destinados, hubieron noches de dolor y crearon buenas memorias que tienen guardadas, porque de ellos han aprendido a ser fuertes juntos.

Plisetsky agradece a sus compañeros de trabajo por obligarlo a ir al bar aquella noche, porque así logró conocer a quién ahora es su adorado omega. Todas las madrugadas que se quedaba hasta tarde esperando al azabache, las conversaciones triviales que tuvieron cada noche en su recorrido a casa.

La primera vez que pasaron juntos en la casa del otro, el primer beso, la primera vez que hicieron el amor es un recuerdo que permanecería en su mente. Verlo despertar cada mañana y descubrir que nada fue un sueño, que realmente tenía a una persona tan maravillosa como pareja le hacía sentir afortunado con la vida que tiene.

Estaba satisfecho con la familia que habían formado, tienen una hija maravillosa y un bebé que pronto nacería. Todo estaría bien, porque se aseguraría que así fuera. Los cuidaría, aunque su cuerpo y alma se cansen en el camino. Protegería lo que ama con garras y dientes.

Yuri Plisetsky nunca se arrepentía de su palabra.