Ave de mal agüero

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Despierto, me encuentro en la parte de abajo del puente, ve el cielo el cual no contiene ni una sola estrella.

-¿qué demonios paso?

Intento ver mi mano pero esto no es posible por la densa oscuridad.

-de ver se más de media noche

El maullido de un gato se escucha en la parte más oscura del puente, este sonido se haría más grave conforme se veía una pequeña silueta, el aire removió las hojas y las nubes dejando ver la luz de la luna sobre la silueta, era un pequeño gato negro de ojos color verde, el cual me miraba fijamente.

-¿qué haces aquí pequeño estas perdido?

Este comenzó a mover la cabeza de una manera brusca , lo que causaba que comenzara a caerse su pelaje hasta quedar completamente calvo como los gatos egipcios con su rosada piel al descubierto la cual comenzaría a tomar un color blanquecino y se caería a pedazos dejando ver el sus musculo rijosos los cuales parecían tirar sangre de todas partes.

-¿estás bien? – las manos me temblaban y sin darme cuenta todo el cuerpo me temblaba.

Sus ojos verdes parecían derretirse sobre sus cuencas las cuales ya eran más visibles al car su carne, su nariz caería y después todo su cuerpo a la fría agua y tierra sucia, la cual parecía que comenzaba a tragarse los restos de lo que fue ese animal, quedando un bulto como si hubiesen enterrado algo dentro de la tierra.

-no sé qué pasa, me largo – al darme la vuelta había un grupo de gatos descarnados, sin piel algunos sin ojos sobre un gran charco de sangre.

Un gran crujido se oyó detrás de mí sin poder mover un musculo por el miedo, era como si rompieran madera

-¿porque no volteas? ¿Tienes miedo? Llego tu hora y mi canto lo predijo ahora voltea maldito- una voz grave que se acoplaba con el viento.

Al voltear había un gran árbol el cual no podía reconocer parecía llegar hasta el barandal del  puente. En medio del árbol había un gran agujero el cual estaba completamente oscuro si no fuera por dos grandes ojos rojos.

-tu tu.... ¿qué haces? aquí tu dijiste eso –mientras todo mi cuerpo temblaba.

-así es, tu dijiste que mi canto no podía predecir la muerte del indio ahora veme aquí abriéndote la puerta hacia el mictlan- mostrando sus plumas negras por fuera del agujero.

-estoy que no no no puede ser sigo vivo- con lágrimas en los ojos, no podía creer lo que me había dicho esa ave de mal agüero.

-ya cállate el, te quiere ver, pero no por eso significa que vayas directo con él, tráiganlo hacia mí- sus ojos se extinguieron en la oscuridad y el agujero donde estaba se comenzó a abrirse cada vez mas.

Al intentar correr los gatos descarnados me detuvieron enfrente mio estaba el bulto de tierra donde había sido sepultado aquel pequeño animal que se había despedazado frente a mis ojos,una gran tira de torsos de los gatos salió como si de una serpiente se tratara. enrollando me las piernas y subiendo frente a mi un cráneo de un gato me miraba fijamente al mismo tiempo que me soltaba , Haciendo que tropezara cayendo  dentro del agujero de aquel gran arbol.

-¡nooooo¡- gritaba desprevenidamente 

una gran caída me esperaba que la cual iba a un lugar desconocido. 

MictlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora